Concierto
Ojete Calor, el apoteósico éxtasis colectivo del subnopop
El dúo, compuesto por Carlos Areces y Aníbal Gómez, ofrece en la Sala Pandora un hilarante y potente show repleto de temas pegadizos (propios y ajenos), cargado de sorpresas técnicas, visuales y artísticas
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El grupo Ojete Calor en uno de los momentos de su concierto en la sala Pandora
Explicar o describir un concierto de Ojete Calor entraña la dificultad de lo inefable, una vivencia muy cercana a lo que debe sentir alguien que le pone nombre a algo que hasta ese momento no lo tenía.
Un concierto de Ojete Calor sucede en el limbo entre la música y la performance, entre la fina ironía y el absurdo, entre el comentario más ácido y la rima más facilona. Es, además, una mezcla de elementos que podrían existir tanto en sueños como en pesadillas: música electrónica, disfraces de luces, gafas de aumento, canciones de Shakira, Bertín Osborne o Daniel Diges. Es un espacio casi onírico donde coexisten Jordi Hurtado, Rosa Díez, Ana Belén y King África. Se podría decir, en definitiva, que en un concierto de Ojete Calor tiene lugar la comunión de una extraña fe, el subnopop. Un éxtasis colectivo tan sólo alcanzable a través de un show apoteósico repleto de «melocotonazos» altamente pegadizos.
Cerca de dos mil personas se dieron cita el pasado sábado en la sala Pandora (un amplio y renovado recinto recién llegado al ecosistema musical sevillano) para asistir al concierto de Ojete Calor. Muchos de ellos vestidos para la ocasión con disfraces de cowboy, sombreros de diverso pelaje, orejas de peluche, purpurina, boas de plumas, entre otros muchos accesorios. Tras una playlist ecléctica compuesta de una gran variedad de temas 'subnopop' —de 'La camisa negra' a 'Algo pequeñito'— el dúo salta al escenario con la 'intro' de Odisea en el Espacio: «Siempre ponemos a parir a las ciudades a las que vamos, pero Sevilla nos lo pone demasiado fácil», se presentan Carlos Areces y Aníbal Gómez ante la excitación del público.
El grupo toma el escenario sin ninguna instrumentación y ataviados con sus clásicas vestimentas: Areces como una vedette miope que acaba de hacer la comunión y Aníbal Gómez como un cowboy aficionado a los mini shorts vaqueros y a los vídeos de aerobic de Elle Macpherson. «¡Ojalá vinieran más turistas a Sevilla!», grita Areces. «¡Y que pongan más Starbucks!», le sigue Aníbal, en un intercambio de ocurrencias que levantan las risas del público. Tras una versión de 'El Rey' de José Alfredo Jiménez, el dúo da comienzo a su evangelización con sus dos primeros temas: '0,60' y 'El morreo'.
—¿Qué pasa, quillo?—se ríe Areces, exagerando en su imitación del acento andaluz.
—¿Qué te pasa en la boca?—pregunta Aníbal.
—¿Qué paza, miarma? Ze me pegan los acentos—responde, antes de dar comienzo al tema 'Gente que imita mal los acentos'.
Los hipnóticos bailes son otro de los elementos importantes en la evangelización del subnopop. Es imposible retirar la vista de los calculados contoneos, saltitos, posturas y coreografías lacias de Areces y Gómez. El dúo prosigue su ceremonia con 'Amiga en las estrellas' antes de meterse de lleno con dos de sus temas más conocidos: 'Extremismo mal' y 'Vintage'. Como introducción de la primera de ellas se produce otro intercambio de comentarios: «Ni Madrid ni Sevilla, Segovia» / «Ni negros, ni Ku Klux Klan» / «Ni toreros ni veterinarios» / «Ni Nobel de la Paz ni de la Guerra».
La comunión con sus feligreses es contagiosa. De fondo hay una pantalla en la que se van sucediendo distintos vídeos, animaciones y videoclips con las letras de las canciones a modo de karaoke. Los fieles del subnopop corean y cantan todas y cada uno de los temas. Incluso azuzan al grupo en distintos momentos del concierto con la melodía de 'Seven Nation Army', evitando cualquier respiro o silencio entre canción y canción: «¡O-o-jete Ca-lo-or!». El dúo, por supuesto, responde animado: «¡Sevillaaaaaa! ¡Viva el populismo!», grita al público, que responde con vivas a cada una de sus intervenciones surrealistas: «¡Viva la demagogia! ¡Viva Rosa Díez! ¡Viva el nazismo! ¡Y viva el marxismo! Y…¡que vivan los Gemeliers!».
Bengalas, chorros de confeti y pistolas de humo se van sucediendo canción tras canción. La locura se desata con 'Cuidado con el cyborg' y 'Opino de que', aunque antes el grupo regala al respetable una versión de 'Laura no está' de Nek, la primera de las sorpresas de esta noche. Para este tema los Ojete Calor se presentan embutidos en un plástico transparente imitando a Laura Palmer (personaje de la serie Twin Peaks) con la sala a oscuras mientras la imagen del personaje televisivo alumbra desde el fondo del escenario. «El traje es de Balenciaga», bromea Areces despojándose del plástico al finalizar la actuación.
«Me he hecho una analítica y me ha salido que tengo el duende alto», bromea Aníbal ante la risa de los presentes. Una vez cruzado el ecuador del setlist, Ojete Calor ofrece un popurrí de «canciones que odiamos» en una pieza denominada 'Medley Bajón'. La segunda sorpresa de la noche llega con esta canción: al escenario sube Roko para cantar con ellos el estribillo de 'A tu lado' de OT además de corear «Del barco de Chanquete no nos moverán» junto al público, en una tonadilla que repasa otros muchos temas como 'La Bomba' o 'Sin miedo a nada' de Álex Ubago.
Tras 'Qué bien ni tan mal', 'Mocatriz' y una versión 'unplugged' e intencionalmente desafinada de 'Sinceridad no pedida', el concierto alcanza su tramo final con una última sorpresa: un tipo disfrazado de gorila —al que ellos se dirigen como Melody— sube al escenario a bailar mientras le cantan «vete a tu casa que estas no son horas ya», en una de esas imágenes que podría ser bien un sueño extraño bien una pesadilla 'lynchiana'. «Esto no es un género… ¡Es una subno-religión!», confirma Areces para introducir 'Agamipú'.
Carlos Areces, alguien disfrazado de gorila y Aníbal Gómez
Para la traca final ambos salen vestidos con una capa larga, alada y transparente repleta de luces led doradas. La apoteosis llega con Aníbal lanzándose sobre el público en 'Viejoven' y con Areces haciendo un calvo en 'Tonta gilipó', mientras un cañón lo llena todo de confeti cuando el grupo llega al verso «Eres tan peste negra / eres tan Feria de Abril». Para dar cierre al show el dúo lanza octavillas plastificadas al público (tras restregarlas previamente por los sobacos y las partes bajas) mientras suena 'Eres tú'. Una escena que solo es posible culminar con un vídeo de Jordi Hurtado avisando a los presentes del final del show.
Puede que todo lo relatado anteriormente no sea verdad. Quizás haya sido fruto de una divertidísima enajenación colectiva. Quién sabe, tampoco importa mucho. No todo tiene sentido o explicación en esta vida. Quizás solo haya una cosa clara: lo de Ojete Calor es toda una experiencia que mueve a miles de personas y las lleva hasta el éxtasis musical, algo que no todos los artistas o bandas pueden decir de sus conciertos. Quizás esa sea la magia, lo realmente importante en todo esto. ¿Qué es, entonces, el subnopop? Desde ahora, y si has llegado hasta aquí, subnopop (también) eres tú.
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