Fernando Rodríguez Murube
Sevilla
Uno de los aspectos más positivos que entraña el hecho de mantenerse fiel a sí mismo y a una forma de hacer las cosas es que nunca pasa de moda. De ello pueden dar buena fe los sempiternos Hombres G, que llevan defendiendo un repertorio ... pop que en gran parte fue estrenado hace nada menos que cuatro décadas, siempre en base a un concepto musical personal e innegociable.
¿Por qué siguen metiendo a casi 5.000 personas en Sevilla en una desapacible y malaje tarde noche de chubasquero? La respuesta es clara como el agua estancada: sus exitosas canciones, himnos generacionales en un buen puñado de casos, nunca pasan de moda porque nunca se han dejado influenciar por tendencias ni estilos ni géneros emergentes o predominantes, incluso en los ochenta cuando vieron la luz sus composiciones.
Por eso 'Si no te tengo a ti' o 'Te quiero', temas que anoche volvieron a emocionar a un público completamente entregado, han envejecido de maravilla, mientras otros éxitos coetáneos siguen acumulando moho en el trastero de la memoria colectiva pese a la efervescencia del primer momento.
Y es que por mucho que la industria musical haya cambiado en el presente siglo, sigue intacto el poder de las canciones, que siguen siendo el motor de todo y continúan, a través de los recuerdos, secuestrando emocionalmente al oyente, único enlace real y verdadero entre la psique y la música.
Como ya se ha mencionado, la noche de este sábado de reflexión electoral venía pasada por agua en las horas previas. Fueron muchos los que buscaron en los distintos perfiles oficiales de Internet la respuesta a si finalmente se celebraría el concierto en la explanada norte aledaña al Estadio de la Cartuja, especialmente inquietantes fueron los minutos posteriores a la tromba de agua que cayó sobre la capital hispalense a eso de las seis de la tarde, muy comentada debido a las imágenes del Ramón Sánchez Pizjuán en la previa del Sevilla-Real Madrid, que ilustraban el aguacero.
Pero poco a poco la tarde se fue calmando, y la lluvia y las nubes dieron paso a un cielo que se despejaba con timidez. Así que todos a la Cartuja, porque esta noche tocaba pasárselo. Y vaya si lo pasó bien la fiel y concurrida parroquia de fans –cuarentones y cincuentones en su mayoría–. La mítica banda madrileña salió con toda la marcha dada. Así, tras unas imágenes repletas de nostalgia que recordaban los inicios del grupo (el programa Tocata, Joaquín Lucky, Jesús Hermida, el Un, dos, tres y un largo etcétera) –para eso la gira conmemora el 40 aniversario de la formación– proyectadas en las dos pantallas laterales, arrancó con 'Venezia' y 'El ataque de las chicas cocodrilo', dos de los clásicos imprescindibles en cada actuación de Hombres G.
Luego, tras una breve travesía por temas no tan conocidos, enlazaron una terna que hizo disfrutar de lo lindo al público y que fue coreada a viva voz de principio a fin: la vitalista 'Voy a pasármelo bien', la bailonga 'Nassau' y una versión especialmente rockera de 'Suéltate el pelo'. A esas alturas de la noche ya habían sobrevolado varios sujetadores entre el público. De hecho, uno de ellos fue recogido y colocado por David Summers para que estuviera presente en el escenario durante el resto del concierto.
Felicitaciones de numerosos artistas
La actuación estuvo trufada de varias tandas de mensajes de vídeo grabados por una lista interminable de compañeros y amigos de profesión: Los Secretos, Mikel Erentxun, Joaquín Sabina, Loquillo, Miguel Bosé, Carlos Rivera, Thalía, Dani Martín, Luz Casal, Manolo García y Bunbury, entre otros. Precisamente, fue el enorme artista zaragozano, que acaba de anunciar su regreso a los escenarios, el que con su mensaje me dio la clave para el titular de estas líneas. «40 años no es nada, amigos de Hombres G. Felicidades y ojalá sigáis en la música muchos años más».
Mucho ha llovido desde que actuaran por primera vez en Sevilla, allá por 1985, pero estos cuatro músicos, amigos, ante todo, siguen derrochando energía a raudales y mostrando lo mejor de sí, dando como resultado la misma conexión con el público que entonces. Lo dicho, David Summer y compañía doblan la apuesta de Gardel.
En lo estrictamente musical, cabe hacer dos menciones de sendas incorporaciones que añadieron categoría y talento a la interpretación del repertorio. Por un lado, Juan Muro, saxofonista que ha acompañado en muchas ocasiones a la banda y que a lo largo de su dilatada carrera ha trabajado para artistas de la talla de Tom Jones o Raphael, dio un recital de cómo incorporar el saxo pop y, especialmente, al rock que ayer facturaron los madrileños. Brilló especialmente en 'Te quiero'. Chapó.
Un acierto que hay que aplaudir es la incorporación para esta gira de un quinteto clásico de cuerda durante algunas fases del show. Un ejemplo de que en esta gira no han escatimado un ápice se encuentra en 'Qué soy yo para ti', en cuya interpretación en directo participaron hasta 13 músicos.
Ya en la recta final, justo cuando se registraban las dos horas de concierto, llegó la última tanda de éxitos, destacando 'Marta tiene un marcapasos', 'Temblando', lenta en la que el público iluminó la Cartuja con las linternas de los móviles (sucedáneo 2.0 de los clásicos mecheros), y la capital y esperadísima 'Sufre mamón'.
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