Los 30.000 euros en joyas robados durante los Goya no son una excepción: otros casos históricos

Los 30.000 euros que le han robado a la marca Suárez en Madrid son una minucia comparado con los 103 millones de dólares que robaron a Chopard y De Grisogono en collares, sortijas y pendientes durante el festival de Cannes de 2013. Este golpe tiene algunas similitudes con el del sábado y bastantes diferencias. Como similitudes, que los cacos se llevaron las joyas de Chopard de la habitación de un empleado a las cinco de la mañana. La diferencia, que mientras en el caso español las joyas estaban en una caja detrás de una televisión, según ha confirmado la policía a Efe, en Cannes arrancaron la caja fuerte de la habitación del hotel Novotel de la ciudad francesa. No fue el único en Cannes, a la actriz y productora argentina Martina Gusman le «levantaron» de su suite varias joyas en 2011 .

Sin duda el caso de robo cinematográfico más curioso ocurrió de nuestro país ocurrió en 2009. Albert Solé ganó el Goya a mejor documental . Un Goya que después le «secuestró» un crítico que se había quedado en paro ese año. Durante una de las fiestas posteriores a la entrega de los galardones, el crítico se encontró que en medio del ropero, tirado en el suelo, estaba un «cabezón». Entonces le pidió a la encargada que se lo diera junto con su abrigo, haciéndose pasar por el ganador. Después, un día después, lo devolvió a la redacción de El Mundo.

También es curioso el robo de 55 estatuillas de los Oscars del año 2000. Ocurrió semanas antes de la entrega de premios, aunque sin la menor incidencia ya que se podían remplazar y no tenían «valor» en ese momento.

Pero este tipo de asaltos no se quedan solo en el mundo del cine. Afecta, por general, a famosos de todo tipo y pelaje. A Kim Kardashian le quitaron joyas por valor de 16 millones de euros en un hotel de París .

Seis futbolistas de la selección española , Piqué entre ellos, sufrieron el robo de dinero que guardaban en las habitaciones del hotel de concentración en Recife (Brasil), durante la Copa Confederaciones de 2013. Tras el partido ante Uruguay, varios jugadores se quejaron por la desaparición de dinero en sus habitaciones del Hotel Golden Tulip de Recife, en el que permanecían concentrados desde que aterrizaron en Brasil. Los seis futbolistas habían dejado dinero en sus carteras o sobres en sus respectivas habitaciones individuales. El resto de internacionales lo guardaban en la caja fuerte o escondido en sus maletas.