El águila pescadora se recupera en España treinta años después

La Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente puso en marcha la iniciativa en 2003. La dirección científica corresponde a la Estación Biológica de Doñana (CSIC) y la gestión técnica y la coordinación, a la Fundación Migres . La Fundación Banco Santander también colabora desde el año pasado.

«No todos los días tenemos la oportunidad de recuperar una especie extinguida en la península ibérica , como es el caso del águila pescadora», se alegra el investigador del CSIC Miguel Ferrer. «Por fin vuelve a las marismas que nunca debió abandonar este elegante inquilino que hace de la pesca un arte», manifiesta Borja Baselga, director gerente de la Fundación Banco Santander.

«El águila imperial, al igual que el lince o el quebrantahuesos, supone un valioso instrumento de comunicación del que nos valemos para concienciar a la sociedad de la importancia de conservar la biodiversidad», comenta Javier Madrid, director general de Gestión del Medio Natural de la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente. La Junta de Andalucía ha invertido más de un millón seiscientos mil euros en el proyecto.

El águila pescadora nunca se ha podido reproducir en cautividad, de modo que los pollos que han sido instalados en los nidos artificiales preparados en el Paraje Natural Marismas del Odiel (Huelva) y el embalse del río Barbate, en el Parque Natural de los Alcornocales (Cádiz), han llegado de Finlandia, Escocia y Alemania .

«Pensábamos que convencer a los países donantes iba a ser la parte más complicada», dice Eva Casado, directora de la Fundación Migres. «Sin embargo, la logística ( traslado y alimentación de los pollos o el seguimiento de los volantones y las parejas, por ejemplo) resulta más difícil».

Las Marismas del Odiel se han adaptado a las necesidades del águila pescadora. «Hemos puesto posaderos y plataformas de nidificación , controlamos los mosquitos y mantenemos un contacto constante con mariscadores, pescadores y voluntarios locales, para que sus actuaciones no provoquen que las aves desatiendan sus nidos durante los periodos críticos», señala Enrique Martínez, director del espacio.

Portugal ya ha solicitado asesoramiento a Migres para realizar la misma tarea en el embalse de Alqueva . «Lo ideal sería que se reintrodujera el águila pescadora en Cataluña y Levante, dado que la apuesta portuguesa no hace sino reforzar a la población de Huelva», explica Ferrer.

Hay nueve territorios ocupados por águilas pescadoras reintroducidas: ocho, por parejas territoriales y otro, defendido por un solo individuo. En 2012 , siete parejas consiguieron incubar huevos. No obstante, una de ellas se levantó a los quince días y perdió la puesta. Las seis restantes han sacado adelante diez pollos . Los primeros descendientes de parejas pertenecientes al programa fueron anillados en 2009.

«El éxito ha sido bastante parejo entre Cádiz (4 pollos) y Huelva (6 pollos) esta temporada; lo cual demuestra que las águilas pescadoras tenían muchas ganas de regresar a casa y que hemos elegido bien los sitios de nidificación. Esperamos contar con doscientas parejas dentro de diez años », confía Ferrer.

El «truco» ha residido en cómo se ha convencido a los pollos alemanes, fineses y británicos de que han nacido en Huelva y Cádiz. La técnica de cría semi-campestre ( hacking ) usada ha propiciado el seguimiento estrecho de las aves sin que éstas noten la mano del hombre tras el pescado que ha llenado sus estómagos en el nido artificial y, una vez fuera, en cebaderos provisionales. Los individuos consideran el área de sus primeros vuelos como la de origen y cuando alcanzan la madurez sexual regresan.

Se han liberado 164 pollos hasta ahora: 86 en el sur de la provincia de Cádiz y 78 en Odiel. Pero ya no será necesario traer más ejemplares de poblaciones europeas que no corren peligro y pertenecen a la misma subespecie. La tasa de retorno detectada en el proyecto se sitúa por encima del 16%; entre dos y cuatro puntos por encima de la registrada en iniciativas similares en distintos estados, puntualiza Migres. «Las águilas pescadoras son malas colonizadoras: solo crían donde han nacido o donde lo hacen otras», subraya Ferrer.

El águila pescadora desapareció como reproductora en España en la década de los ochenta. Las causas: «El desarrollo costero iniciado en los sesenta, que destruyó el litoral en muchas partes de España, y el poco tiempo que le dimos para que pudiera colonizar los pantanos que se inauguraban por aquella época», continúa.

En la actualidad, su población se ha recuperado, aunque el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas la clasifica como «vulnerable» . El águila pescadora ha pasado «de la UVI a planta», concluye el investigador del CSIC.