2017, un «annus horribilis» para el lince ibérico con 58 ejemplares muertos

Y ello, pese a que este 2017 ha sido un año difícil para la especie, que ha perdido 53 ejemplares , un 58,8% más que en 2016. Las principales a causas de ello han sido las varias amenazas con las que conviven estos felinos, como los atropellos, la escasez de su principal alimento (el conejo de monte), o los cazadores furtivos.

Así, el pasado año, según datos proporcionados por el proyecto LIFE Iberlince , un total de 31 ejemplares perdieron la vida en las carreteras. «Hay puntos negros en la autovía A-4 entre Bailén y Andújar (Jaén), en la CM-410 en Toledo y en la N-420 en Córdoba. En el área de Doñana ha habido atropellos en las zonas periféricas a las áreas de presencia histórica, como en la A-49, en el Aljarafe sevillano, muy próximo a la capital o la propia línea de AVE», señala Miguel Ángel Simón , actual director del Programa de conservación del Lince ibérico.

Según la misma fuente, en los últimos 15 años han muerto 287 lin ces , el 46,3% de ellos debido a atropellos. Una dramática estadística sobre la que se está trabajando desde las instituciones.

«Mediante la colaboración con las administraciones se ha construido pasos de fauna; principalmente en el área de Doñana, y la mortal carretera de Almonte- El Rocío-Matalascañas, por ejemplo, que no ha registrado atropellos en los últimos años. Además, se han realizado obras de desbroce de cunetas, limitaciones de velocidad, avisos de precaución y campañas de concienciación que han tenido efectos positivos», subraya Simón, que admite sin embargo que «los atropellos no se pueden evitar al cien por cien».

«Se puede actuar en los puntos negros y realizar actuaciones que bajen el porcentaje de muertos a números razonables y soportables para la especie, pero por ejemplo, el último lince ibérico muerto por atropello ha sido a 2 km de Jaén capital , a 40 km de la población lincera de Andújar. Ese atropello es inevitable porque no podemos ir realizando medidas de permeabilización en todas las carreteras», lamenta el director.

En los siguientes gráficos, se muestran detalladas las causas de la desaparición de los felinos:

Pese a los datos, para los expertos, la amenaza principal de la especie se encuentra en la drástica disminución de su principal alimento : los conejos, afectados por un virus denominado RHDVb, que les provoca hemorragias y que no tiene cura posible. «Esa enfermedad vírica es la que está limitando el crecimiento de las poblaciones de conejo en grandes superficies y es, por tanto, el factor limitante para el crecimiento de las poblaciones de Lince ibérico , dada su alta especialización».

En realidad, ambas causas se relacionan entre sí, ya que la disminución de las poblaciones de conejo, unida al incremento neto de la población de linces, provoca una mayor dispersión de la especie en busca de comida, lo que ha llevado consigo un aumento de superficie con la presencia de la especie, tomando especial relevancia algunas carreteras.

De momento, pese al «annus horribilis» que ha afrontado la especia, hay lugar para la esperanza, desde el proyecto Iberlince esperan que en 2018 se alcancen los 540 ejemplares en la Península y ya se está trabajando en programas que garanticen su supervivencia: «Trabajaremos en tres líneas maestras: consolidar áreas de reintroducción; que exista una conexión fluida entre ellas para evitar la endogamia y minimizar las causas de muerte no natural».