Tal situación ha propiciado la formación de grandes cadenas de algas bajo el hielo del Ártico Central, cuando hasta ahora solo se habían detectado en regiones costeras.
Verano de 2012
Las cadenas de algas son tan pesadas que se desplazan hasta el fondo del mar, a más de 4.000 metros de profundidad, donde atraen a estrellas y pepinos de mar, que se alimentan de ellas y, los restos son metabolizados por bacterias que, en este proceso, consumen el oxígeno del lecho marino.
El investigador líder del proyecto, Antje Boetius, se ha mostrado satisfecho de que se haya podido demostrar que el calentamiento global afecta también, de un modo más celérico de lo que se creía, al fondo marino.
«No sabemos si es un fenómeno puntual que hemos podido observar durante el periodo estival o si continuará en los próximos años», ha explicado.
Asimismo, el científico ha alertado de que continúan sin entender de manera suficiente la función del ecosistema ártico, de modo que no pueden prever las consecuencias de una disminución acelerada del hielo marino.
Durante el trabajo, que se desarrolló a lo largo del verano de 2012, se utilizaron cámaras guiadas, vehículos operados de manera remota bajo el hielo y microsensores.
El calentamiento global reduce el oxígeno del fondo marino del Ártico
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