Nadal sigue al alza en Madrid

Nadal, pese a un leve apagón que le deja con sabor agridulce, ya vuela en Madrid, convencido de que este es el camino. Después del debut arrollador contra su íntimo Juan Mónaco , confirmó que sigue al alza en una sobremesa asfixiante, abarrotada las revoltosas gradas de abanicos y gritos. En cada punto, un "¡Vamos, Rafa!" para empujar al héroe local, brillante en la ejecución.

Sus desplazamientos invitan a pensar en que Nadal ya está enchufado, que ya funcionan las cosas. Se mueve con agilidad y llega bien a la bola , esa chispa que le faltaba en las derrotas de Montecarlo y Barcelona que le sumieron en un mar de dudas. Apretó los dientes y en media hora se apuntó un primer set impecable, paso al frente para demostrar que sigue siendo él.

Desde el fondo de la pista, acorraló a un Nieminen desbordado, incapaz de encontrar recursos ni salidas. El finlandés, que había perdido los siete enfrentamientos previos contra el balear, duró únicamente dos juegos y a partir de ahí se ahogó en la tormenta. Nadal se lo llevó por delante. [Así contamos el partido en directo Nadal-Nieminen]

Nadal le pasó por todos los lados. Desde el 1-1, enlazó ocho juegos, fantástica puesta en escena y sin apenas manchas. Respondió con garantías , bien con el saque y metido en pista con una derecha demoledora, y de línea a línea voló hacia unos cuartos reparadores en donde sube la exigencia. Berdych ya es otra cosa.

Nieminen le exigió poco en el aspecto físico, aunque tuvo amor propio como para plantarle algo más de pelea en la segunda manga. Volvió al partido cuando se le daba por muerto y se benefició de la pájara de Nadal, destensado cuando se vio claramente ganador. Pese a todo, se corrigió a tiempo y salvó una complicada situación en el segundo set con 4-4 y punto de break para su rival.

Eso es precisamente lo que trata de evitar Nadal, el primero en admitir que su juego necesita continuidad. Parecía que lo tenía hecho y se enredó, aunque se debe quedar con esos primeros compases. Berdych obliga a esa versión y el campeón ya sabe el camino para revalidar su reinado.

"Hasta el 6-1 y 3-0 he jugado muy bien. Luego me he parado un poquito y he cometido errores, pero él me ha ayudado en el último juego porque se me estaba complicando", explicó a pie de pista. "Un poquito más de regularidad es necesario, he de encontrarla".