El aviso de la DGT a los conductores que circulan por la noche: hay menos accidentes pero son mucho más letales

La Dirección General de Tráfico (DGT) realizó un informe en el que ponía de manifiesto que la letalidad nocturna (de 00:00 a 6:59 horas) casi duplica a la del resto del día (de 7:00 a 23:59). Por ejemplo, la tasa general de día es de 1,1, mientras de noche sube a 2,6. Esto se debe a riesgos tales como la falta de visibilidad, la situación de fatiga y sueño de algunos conductores, los deslumbramientos o la denominada hipnosis de la carretera.

Ya que la visión es uno de los pilares fundamentales sobre los que se sostiene la conducción, con más hincapié si cabe la nocturna, hay que adecuar la velocidad de nuestro vehículo al campo de visión. Mientras menor sea este, menor deberá ser la velocidad, de forma que podamos frenar y detenernos siempre en el espacio iluminado, sin riesgo de colisiones.

También es importante siempre pero sobre todo cuando llegan las horas de la noche ir descansados. El cansancio y la fatiga aparecen con mayor facilidad de noche, por lo que debemos estar en el mejor estado posible, lo que también incluye la vista: «Pasarse todo el día 'pegado' al ordenador trabajando no es lo mejor antes de comenzar un viaje durante la noche», señala Ernesto Nava, director de la Escuela de Conducción del Real Automóvil Club de España (RACE).

Si nos entra sueño o cansancio, algo muy habitual, especialmente entre las 3 y las 5 de la mañana, la única solución es parar, dormir y descansar. Lo recomendable es hacer una parada cada hora y media de viaje, antes incluso si notamos fatiga o sueño.

Por otra parte, la DGT recuerda la importancia de llevar las luces bien reguladas a una altura adecuada, así como estar atentos a cambiar las luces (pasando de largas a cortas) cuando nos crucemos con otros vehículos para evitar deslumbramientos.

Cuando ocurre uno, se suele tardar entre 3 y 5 segundos en recuperar la visión, habiendo conductores que llegan a tardar hasta 20 en recuperarla de forma completa. Algunos de los automóviles más modernos ya incluyen sistemas de encendido y cambio automático de luces al destectar baja luminosidad o cercanía de otros coches.

Algo similar sucede cuando llega la hora de realizar un adelantamiento. La baja iluminación dificulta esta maniobra al hacer más complicado calcular las distancias entre vehículos y calcular la velocidad. Por ello, es recomendable que el coche adelantado cambie las luces por las de cruce en el momento oportuno del adelantamiento, y que el que ha sobrepasado al otro vuelva a poner las de carretera en cuanto aprecie que no va a deslumbrar a nadie.

Todas estas circunstancias, que se vuelven más peligrosas durante la noche, se agravan si se añade el factor meteorológico. Ernesto Nava (RACE) pone el foco en que la lluvia o la niebla dificultan de manera importante la visibilidad y, por tanto, una conducción segura. Por ello es fundamental informarse del tiempo que va a haber durante nuestro trayecto y tomar las precauciones oportunas.