Los gasolineros reclaman que también se rebaje el IVA de los carburantes como se ha hecho con la luz

Sin embargo, subrayan que «no pueden comprender los motivos que le impiden a la Administración tomar una medida similar para los carburantes». Para esto, consideran que el Gobierno debería luchar, en el seno de la Unión una reducción del IVA de los combustibles, de forma similar a cómo lo hizo para la excepción ibérica en el mercado eléctrico en el Consejo Europeo.

Esta medida es algo que Ceees lleva tiempo solicitando ya —la última vez, en febrero, antes de la invasión rusa de Ucrania y que se disparasen los precios—; sin embargo, lo único que ha puesto en march el Gobierno español es la bonificación de 20 céntimos por litro, recogido en el Real Decreto-ley 6/2022.

Para la asociación, este mecanismo «aunque bienintencionado, está mal diseñado y peor ejecutado» y ha puesto en riesgo a las estaciones de servicio, particularmente a las pymes e independientes. Ninguna, afirman, ha recibido una devolución del importe subvencionado.

La reducción del IVA de las eléctricas es una de las medidas que contempla el Ejecutivo para paliar la inflación creciente. Otra de las previstas es que se prorrogue la medida de los 20 céntimos por litro, que previsiblemente iba a estar en efecto únicamente hasta junio.

Esta decisión se corresponde con un momento en el que la gasolina y el diésel han alcanzado máximos históricos en sus precios medios: 1,941 euros para la bencina y 1,876 para el gasóleo. Si no se tuviese en cuenta la bonificación pública, estos precios superarían la barrera de los dos euros, como ponen de manifiesto las cifras del Boletín Petrolero de la UE.

Estos precios suponen que llenar un depósito de 55 litros de gasolina supondría 107 euros, mientras que de diésel, sería 103. Estos precios son 26 y 29 euros más altos, respectivamente, que hace un año.

Para el director general del Grupo Moure, Manel Montero, «hay que ver qué hay detrás de la escalada de precios de la gasolina. Si el barril Brent ha subido un 5%, lo que no puede ser es que los distribuidores nos encontremos con subidas del 30% en el refinado. Es posible que sus costes también hayan subido, pero es difícil explicar esa magnitud».