«Brotes verdes», a partir de 2015

De hecho, la decisión de congelar la flota , que partió directamente de la alta dirección en casi el 80 por ciento de los casos, respondió a los reajustes que las empresas vienen acometiendo en los últimos años para responder a la fuerte caída de la demanda interna.

En este contexto, las compañías no pronostican un incremento de sus flotas (+6 porciento) hasta 2015 , supeditándolo a factores como el alza del precio del carburante , que se lleva el 30 por ciento de los gastos totales. Tanta importancia tiene la partida que 4 de cada 10 empresas llegaría a prescindir de parte de sus coches si continua la escalada de precios.

Mayor apoyo público

Las matriculaciones en el canal de empresa cayeron un 19 por ciento en 2012. Sin embargo, para las empresas bastaría incentivar la compra de un mínimo de modelos de bajo consumo (30 por ciento) para impulsar el parque corporativo .

Según el director del Barómetro del Vehículo de Empresa (CVO), Alejandro Madrigal, «la DGT se ha marcado el objetivo de que la mitad del parque tenga 7 años o menos en 2016 , una difícil tarea si no se cuenta con el coche de empresa. La duración media de los contratos en el caso del renting es de 4 años, perfecta para el cambio, y el nivel de emisiones medio de la flota es de poco más de 125 g/km de CO2. El vehículo de empresa debe ser parte activa de estas políticas».

La puesta en marcha de un plan de ayudas a empresas para la c ompra de nuevos o usados de hasta 5 años (24 por ciento) o el aumento de los beneficios fiscales (15 por ciento) para los usuarios de estos vehículos también se encuentran entre las medidas que las empresas plantean al Gobierno para impulsar al crecimiento de la flota.

Telemática para mejorar la conducción

Dentro de las políticas activas para la optimización de costes, la implantación de soluciones telemáticas gana peso este año hasta el punto de aumentar en 12 puntos porcentuales. Así, el 19 por ciento de las empresas reconoce tener ya implantada esta tecnología, conscientes de que más de la mitad de los gastos de los coches dependen del tipo de conducción.

De hecho, el 61 por ciento de las compañías reconoce haber introducido ya en su car policy medidas orientadas a corregir los malos hábitos al volante de sus empleados en un intento por rebajar el consumo de carburante y la siniestralidad, aunque lo cierto es que sólo un 13 por ciento incentiva a los buenos conductores.

La adecuación de la flota a las necesidades reales de uso es otra de las medidas cada vez más extendidas para controlar el gasto; una iniciativa que tiene su máximo exponente en los vehículos compartidos y que ya está presente en el 16 por ciento de las compañías, frente al 11 por ciento del año pasado.

En este sentido, la diferencia con respecto a Europa es notable, donde más convencidas del equilibrio de sus cuentas, optan claramente por el uso individual del vehículo de empresa. De esta forma, sólo el 6 por ciento de sus compañías tiene en marcha políticas de conducción compartida .