Madrid 2020: El COI desprecia el realismo y la solidez de la candidatura española

En mitad del aguacero que sacudió Buenos Aires, Madrid perdió de nuevo el tren olímpico y, en el horizonte, no se vislumbra una ventana de buen tiempo: la insistencia no ha demostrado ser una virtud para el COI, que, en cambio, no tiene inconveniente en que una ciudad repita (Tokio ya organizó los Juegos de 1964; Londres lleva tres). Y para 2024 se presenta una rival formidable... y europea: París.

Pero la cruda realidad, por ahora, es que Madrid 2020 es un caso archivado. La capital no se unirá al selecto grupo de 23 ciudades olímpicas (12 europeas, 6 americanas, 3 asiáticas y 2 de Oceanía) y no organizará dentro de siete años los XXXII Juegos de la era moderna. Los miembros del COI, reunidos en el hotel Hilton, la eliminaron a las primeras de cambio en un cruel desempate: tras conseguir ambos 26 votos, Estambul batió a Madrid por 49 a 45. Tokio ya iba con ventaja (42 en la primera ronda). Después, apostaron por el proyecto japonés y le dieron 60 apoyos por los 36 de la propuesta turca.

Una presentación brillante

Madrid no ha vencido a los pronósticos de las casas de apuestas, al poderío económico de Tokio y a la losa de la crisis. Los hacedores de la candidatura quisieron conjurar esa debilidad financiera vendiendo austeridad. Pero el mensaje que subyace en la decisión del COI parece claro: «Show me the money» (Muéstrame el dinero). Después de una presentación brillante, con la baza del Príncipe de Asturias, que hizo una exposición sentida e intercambió bromas con Pau Gasol, con vídeos donde desfilaron personalidades de la cultura y del deporte, hubo que responder a la consabida pregunta sobre el dopaje (un lastre difícil de soltar) antes de que los representantes españoles se retiraran a su sala del Hilton a comerse las uñas. Que la señal de televisión que retransmitía para el mundo el evento se cortara a poco de empezar nuestro turno fue tomado como una anécdota. Pero el anuncio de Rogge al filo de las 9 de la noche (hora española) les heló el corazón.

La tristeza se enseñoreó del hotel NH City & Tower, sede de la delegación madrileña. Ojos húmedos, sobre todo en las jóvenes deportistas españolas (Ana Peleteiro, Mireia Belmonte). Después de la resaca tocará hacer examen de conciencia y plantearse abandonar por un tiempo o perseverar. Aunque la sensación de hartazgo pesará mucho sobre la decisión. «Sin los Juegos, el deporte español lo pasará mal», anticipó Juan Antonio Samaranch, miembro del COI e hijo del histórico prohombre olímpico. Habrá que pensar en un plan B.