Botella anuncia que una empresa pública asumirá los servicios mínimos durante la huelga
Lanza un ultimátum de 48 horas que incluye una denuncia ante la Fiscalía por el incumplimiento de las obligaciones de las empresas concesionarias
SARA MEDIALDEA
La alcaldesa de Madrid, Ana Botella , ha anunciado que la empresa pública y estatal Tragsa asumirá los servicios mínimos de limpieza mientras que dure el conflicto si no se llega a un acuerdo entre las partes en 48 horas . Botella ha ... asegurado que denunciará ante la Fiscalía el incumplimiento de sus funciones si no cumplen su advertencia. Tragsa ya se hizo cargo de la limpieza de las huelgas de basuras de Granada y Jerez.
Además ha destacado que «la acción de los piquetes han puesto a nuestra ciudad en una situación que los madrileños no tienen por qué soportar más». «Hemos puesto todos los medios para resolver el conflicto» , ha dicho la alcaldesa con tono autoritario y firme. A pesar de la situación, la alcaldesa no se plantea rescindir los contratos con las empresas concesionarias. No obstante, ha dicho que «no conocían la intención de las empresas de realizar despidos».
Preguntada sobre la repercusión internacional del conflicto ha dicho que le parece «lamentable» y ha puesto el caso de Nueva York, que hace dos años sufrió una huelga de basura durante 21 días y sigue siendo «la primera ciudad que recibe turistas del mundo». Ha insistido que las empresas deben cumplir los servicios mínimos pero evitó reprocharles su actitud. Cosa que sí ha hecho con los sindicatos. Tampoco se ha referido a las duras condiciones que las concesionarias quieren imponer a sus trabajadores y que están en la base de la huelga.
Sobre las supuestas críticas de miembros destacados de su partido que, según un periodista califican su gestión al frente de esta crisis como «desastrosa», Botella se ha negado a contestar .
Desarrollo del conflicto
La huelga de nueve días de paros en un servicio esencial como es la limpieza viaria, ha dejado un casco histórico sumergido en basuras y las miradas de todos los medios de comunicación fijos en el Ayuntamiento de Madrid. Este es el panorama al que se enfrentado estos días la alcaldesa de la capital , Ana Botella , en al que se ha convertido en su mayor reto:poner fin al conflicto que amenaza con llevar a Madrid al borde de la alerta sanitaria .
Sólo las bajas temperaturas propias del otoño la salvan de algo peor, pero pasear por sus calles, en especial en el centro, es francamente desagradable. Los madrileños llevan ya más de una semana conviviendo con montañas de basura apiñadas laboriosamente allá donde resultan más visibles y molestas. Son el armamento de una guerra que se ha librado en tres frentes y donde los ciudadanos se han convertido en rehenes.
Los protagonistas de la huelga
La convocatoria de huelga partió de los sindicatos de limpieza , que llevaban meses negociando un convenio que ha de renovarse el 31 de diciembre, y que se ha complicado extraordinariamente al presentar expediente de regulación de empleo (ERE) tres de las cuatro empresas que se encargan de la limpieza en la ciudad.
Las alternativas de los trabajadores en el conflicto son una difícil elección entre despidos o bajadas de unos sueldos que rondan los 22.781,04 euros para un peón de limpieza —salarios que, según la patronal, se han elevado en los últimos diez años un 20,6 por ciento por encima del IPC—. El efecto de los piquetes y de algunos elementos ajenos han convertido la protesta en una «guerra sucia» en el sentido más literal. Contenedores quemados, basura esparcida por las calles, amenazas e insultos a los servicios mínimos y varios detenidos son algunas de sus consecuencias.
El Ayuntamiento ha cuantificado los daños provocados por los piquetes en 500.000 euros , de los cuales 300.000 euros corresponden a papeleras y el resto a contenedores y cubos de basura.
Cambio de contrato
Las empresas defienden su posición: llevan sufriendo desde 2008, bajadas sucesivas de la factura que le cobran al Ayuntamiento por el servicio. Rebajas que, dicen, alcanzan al 30 por ciento de lo que antes facturaban. Y hasta ahora no podían tocar la plantilla , porque así lo fijaba el contrato con el Gobierno de la ciudad. Pero el Ayuntamiento renovó las concesiones, y en el nuevo pliego de condiciones, no se exigen mínimos de personal, sino cumplir unos estándares de calidad.
Aseguran que con los nuevos precios, no pueden soportar mantener las plantillas de 2008 . No obstante, ellos ofrecieron, para ganar el concurso, rebajas sobre el precio de entre el 13 y el 22,9 por ciento. «Nadie les obligó a presentarse al concurso», recuerdan en el Gobierno local, donde no entienden que a apenas tres meses de ganar un contrato que les compromete a prestar el servicio por ocho años, descubran que no les salen las cuentas.
El Ayuntamiento decidió cambiar el modelo para ahorrar costes y buscando mayor eficacia : las empresas ya han sufrido descuentos de 1,2 millones de euros cada mes por no haber cumplido los criterios de calidad fijados. Pero no supo o no quiso ver las consecuencias laborales que traería dejar a las empresas libertad para decidir el número de empleados que aplicarían al servicio. La alcaldesa llamó a capítulo a los empresarios el viernes. Sabe que es la responsable última del estado de una ciudad cuyas calles cubiertas de basura se están convirtiendo en imagen de portada de la prensa nacional e internacional.
Botella anuncia que una empresa pública asumirá los servicios mínimos durante la huelga
Noticias relacionadas
- El mayor reto para Ana Botella: dar cerrojazo al conflicto
- El Ejército solo intervendrá en la huelga de basuras por emergencia sanitaria
- Limpieza: Botella exige por escrito a las empresas que cumplan los mínimos
- Huelga de limpieza: otros seis identificados por volcar contenedores
- Huelga de limpieza: La Milla de Oro reluce en plena huelga de basura
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete