El cerebro del robo del siglo en Madrid asaltó también un depósito de drogas en Málaga

La banda del «Troll» se llevó 23 millones de euros en relojes de lujo. Llevaba un alto nivel de vida en Ibiza y Marruecos

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carlos hidalgo

Ismael Arriero Valcárcel tiene 31 años, pero bastantes más reseñas policiales. Amamantado en el lumpen del barrio de Las Torres de Villaverde (Madrid), patria de los «aluniceros», ha tenido durante años como compañero de fechorías al aún más conocido «Niño Sáez». Ambos encabezaban la banda ... que en noviembre de 2011 se llevó 120 kilos de cocaína del depósito de drogas de Málaga. Estaba en libertad.

Ahora, «El Troll» (que es como se le conoce, por su fealdad, pese a someterse a una operación de cirugía estética) ha sido de nuevo detenido por ser el autor intelectual, junto a su hermano José Luis, de 35 años, del mayor robo de la historia reciente en Madrid: más de 1.700 relojes de lujo con un precio de mercado de 23 millones de euros. Además, se le han encontrado algunos (llevaba puesto un Tag Heuer de esa colección en el momento de la detención) procedentes de otro enorme asalto a un almacén similar en enero de 2011 y cuyo botín sumaba otros 12 millones de euros. De ahí que se sospeche que también estuvo detrás de ese golpe. Como tampoco pueden los investigadores dejar de oler el rastro del «Niño Sáez» en ambos asaltos, adelantados en exclusiva por ABC.

Las pesquisas de la UDEV de Madrid se han centrado en el último. Tuvo lugar en la distribuidora internacional Diarsa, la noche del 2 de diciembre último. Fuentes policiales indicaron que unas 14 personas, todo un ejército, entraron en el edificio, situado en el barrio madrileño de Ciudad Lineal, al final de una calle sin salida que da a un muro de contención de la M-30. Las medidas de seguridad (cámaras, sensores, alarma e incluso rondas de vigilancia exteriores) no amedrentaron al grupo del «Troll», entre quienes predominaban los españoles y algunos marroquíes con DNI. Entre otras cosas, y esto se está investigando, porque conocían el código de seguridad para deshabilitar el sistema. También se llevaron las grabaciones de vídeo.

Forzaron con palancas la entrada al edificio y entraron en distintos despachos de las tres plantas. Perpetraron un butrón hasta la habitación donde se encontraba la cámara acorazada y la reventaron con una lanza térmica. Tras cuatro horas en las oficinas, se llevaron más de 1.700 piezas de las marcas Hublot, Locman, Ulysse Nardin, Pamigiani, Eberhard, Cuervo y Sobrino, Boucheron... El más barato cuesta 2.000 euros y el más caro, un Ulysse Nardin ya recuperado, 2.700.

Desde entonces, la investigación ha sido muy minuciosa, con varios grupos y comisarías implicados, y desarrollada en distintas fases. Un mes después del asalto, la banda movió una partida de la mercancía. Buscaron en Internet el valor de mercado de los relojes y elaboraron una especie de catálogo, que mostraban a sus «clientes», gente que se mueve en los bajos fondos de China, Marruecos y Dubai. Contaban con varios receptadores e intermediarios, entre ellos unos hermanos marroquíes y un mafioso chino con varios negocios en el barrio madrileño de Usera.

A los asiáticos les «colocaron» una partida por 180.000 euros, que éstos luego revendieron por 300.000 tras llevarlos a Shanghai vía Dubai. El «Troll» los ofertaba a entre un 25% y un 30% de su valor real. Uno de los chinos, con el dinero que sacó se compró al contado un impresionante Porsche de 100.000 euros, precisó el jefe superior de Policía de Madrid, Alfonso Fernández Díez, quien compareció ante la prensa junto al director general, Ignacio Cosidó.

Otro de los movimientos clave para la investigación se produjo el pasado julio. Interceptaron a un grupo de la pata asiática del entramado cuando sacaban en cinco maletas distintas catorce relojes, en el aeropuerto de Barajas. Los sospechosos tomaron su vuelo, pero la Policía se quedó con la mercancía, que servía de prueba irrefutable de cara a la instrucción judicial, capitaneada por los juzgados de Instrucción número 8 y 51 de Madrid.

Yates, fiestas y chalés de lujo

Este verano, «El Troll», su novia y hermano, entre otros, se dieron la vida padre entre Ibiza y la costa de Marruecos, con fiestas interminables, chalés y yates incluidos. Pero los agentes sabían que José Luis Arriero tenía que volver a Madrid, porque era en la capital de España donde se cerraban los negocios. Y así fue cómo cayeron los dos hermanos, en agosto.

La UDEV madrileña cruzó sus datos con Interpol y sus homólogos chinos. También con la Brigada Provincial de Extranjería que le seguía la pista al empresario chino de Usera que, a través de sus bazares y tiendas de comestibles, daba entrada y salida a los cientos de miles de euros que movía de los relojes robados. De ahí que también se les impute blanqueo.

Se han practicado numerosos registros. En casa del «Troll», un imponente chalé de Fuenlabrada (Madrid), no se encontró la mercancía. La escondía su hermano José Luis en un piso de seguridad. Se han recuperado 300 relojes, valorados en 4 millones de euros, además de ciertas cantidades de hachís y cristal, así como 45.000 euros en efectivo, armas de fuego y munición.

Hay 17 detenidos, y faltan más. Son once españoles y seis chinos. Doce de ellos han entrado en prisión, incluidos los Arriero Valcárcel. La duda ahora es cuánto tiempo permanecerán entre rejas. La última vez, Ismael estuvo menos de tres meses. En otra ocasión llegó a escaparse aprovechando un permiso, vigilado por la Guardia Civil, en plena incineración de su padre.

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