Han ganado los malos

El PSOE jurará sobre la tumba de Pablo Iglesias —el bueno— que no ha empujado a Orozco al precipicio, y que su reunión de cuatro horas con Besteiro del miércoles fue para asuntos de rutina. Resultará harto difícil de creer. Asegura el aún alcalde que no se irá al Senado y que mienten quienes lo sitúan allí. El tiempo juzgará. Mientras tanto, nos inundarán declaraciones de agradecimiento a Orozco por su sacrificio y entrega al PSOE, por su trabajo todos estos años y por este gesto que nadie le pidió.

Porque no se sacrifica a una persona, sino a unos principios. Con los secuestradores no se negocia, porque es un signo de debilidad. Es de manual. Lugonovo había raptado la libertad del PSOE a mantener a su candidato y puso un precio. Los socialistas lo han pagado a cambio de poder, ese mismo que habrían tenido dentro de unos meses si ahora aguantan el tipo, despiden con honores a Orozco y tras su salida pactan una moción de censura contra el PP. Entonces, además de poder, tendrían dignidad.

Y por último, Orozco. Me produce una sincera decepción que un hombre capaz de resistir con integridad el acoso y derribo de Pilar de Lara y sus terminales informativos, de aguantar estoicamente la espiral del amarillismo contra su persona en base a chismes y chascarrillos, ahora ceda ante el burdo chantaje de un partido oportunista, minoritario y veleta. No lo merecía. Hoy celebran su caída, pero el PSOE que se prepare. Cuando saborean la sangre, las alimañas quieren más. En esta película han ganado los malos.