Besteiro chupa cámara
El secretario general de los socialistas gallegos se salta el protocolo y realiza él la valoración de su grupo cuando le correspondía a Méndez Romeu
c. pichel
Faltan escasos minutos para las 10 de la mañana, la hora señalada en el «Día D» del calendario político gallego: el Debate sobre el estado de la Autonomía . Cada grupo pasa los instantes previos a su manera. El BNG reúne a sus diputados (menos ... a Carme Adán) en la barra de la cafetería para digerir la maratoniana jornada con un café. La viceportavoz de AGE, Yolanda Díaz, recorre compulsivamente la entrada del Parlamento sin separarse de su móvil. Acaba de conceder la última entrevista antes de entrar al hemiciclo. Y en el PSOE, el líder de ayer, de hoy -y quien sabe si el de mañana- comparten, esta vez sí, la misma cafeína. «Pachi», Besteiro y Caamaño regalan la foto de la cordialidad. Este martes no es día de batallas internas, sino de enfrentarse al que debería ser su rival: el PP.
En el Parlamento suena el timbre. Los invitados se adelantan a los diputados. En la tribuna, los alcaldes de las ciudades lideradas por el PP. Carlos Negreira por La Coruña, Agustín Hernández por Santiago y el ferrolano José Manuel Rey Varela. Ni rastro de los socialistas de Vigo, Lugo y Orense. Tampoco se ha acercado el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores. Sí están otros de ayuntamientos menores. Entre los que están y los que faltan hay una ausencia muy notoria: la del expresidente de la Xunta Gerardo Fernández Albor, que a sus 97 años ha decido rebajar su exposición pública.
Quien no falla son los presidentes de las cuatro diputaciones, aunque uno venga -ya por segundo año- en otra calidad: como secretario general de los socialistas gallegos. Para él también se reserva un sitio en la tribuna de invitados, justo al lado de otro líder político gallego, el nacionalista Xavier Vence. Porque ambos tienen la misma categoría a ojos del Parlamento: meros invitados. Pero Besteiro quiso este martes ejercer el rol de diputado. Aunque eso ocurriría dos horas después.
Desde su sillón de convidado, en lo alto del hemiciclo, el dirigente socialista analizó a Feijóo, y también a los suyos. Algunos hicieron lo propio de otra sesión plenaria cualquiera, esto es, ojear las noticias de la prensa, ver por dónde se puede trincar al presidente de la Xunta en el caso el ébola , actualizar el Twitter a cada pestañeo e incluso leer autos del TSXG. «Pachi» ojea los folios que le han valido un disgusto escasas semanas antes de celebrarse las primarias socialistas en Orense. Anota al margen mientras su compañero de escaño, el que está más a la izquierda tanto a nivel visual como dialéctico, no deja de comentar por lo bajo la intervención de Feijóo. Es Beiras, el alumno charlatán -y faltón- de O Hórreo.
Los murmullos del portavoz de AGE se convirtieron en exabruptos al finalizar el discurso del líder de la Xunta. Beiras tiró de insultos para calificar a Feijóo como «pozo negro de indecencia» o trasladar el terrorismo de Baralla hasta San Caetano . El foco de la noticia ya estaba, de nuevo, puesto sobre el histórico dirigente nacionalista para consternación de los socialistas. Entonces el PSdeG quiso sacar su artillería.
Pese a que era su portavoz, José Luis Méndez Romeu, el que debería haber ofrecido la valoración de su grupo parlamentario en los pasillos de la Cámara, Besteiro rompió el protocolo -ya concretado con la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo- y se presentó ante las cámaras. Era el día idóneo para promocionar su imagen. Para chupar cámara. La jefa del Legislativo no estaba dispuesta a permitir que un no diputado hiciera trampas sobre la moqueta roja. Rojo apercibió a Romeu y éste alegó falta de coordinación. No se debieron entender él y Besteiro cuando hablaron atribulado segundos antes de su valoración.
Al PSOE no le gustó la «filtración» de la presidenta y convocó a los medios a las puertas del Parlamento para recordar que en «la casa de todos», al parecer, puede hablar todo el mundo. «El presidente mencionó en su intervención, y yo estoy de acuerdo, que el Parlamento es la casa de todos», contraatacó Besteiro. Y eso que él había criticado minutos antes la totalidad de su discurso. Y eso que Beiras ya había dicho que todo lo pronunciado por Feijóo era «mentira».
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