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La presión de la Justicia puede con el alcalde de Orense, pero no con Orozco
Fernández no optará a la reelección en 2015, mientras el regidor lucense se presentará por quinta vez. La decisión del dirigente orensano da aire al sector «pachista», que ya había recogido firmas para forzar primarias
La presión de la Justicia puede con el alcalde de Orense, pero no con Orozco
Sobre los dos recae la incómoda y pesada losa de las imputaciones judiciales, pero cada uno optó este viernes por un camino distinto. El más difícil lo ha escogido el alcalde de Lugo, Xosé López Orozco: volver a optar a la reelección . Precisamente lo ... hace el que, de entre los dos, acumula más investigaciones a sus espaldas y más años en el sillón de mando, casi 16.
El fácil, al que se accede por la puerta de atrás tras tirar la toalla, lo ha tomado el alcalde Orense que, pese a no batir el récord de su homólogo lucense, amplía su currículum de imputaciones con el paso de los días. Este miércoles, Agustín Fernández volvía a desfilar por los juzgados para responder por unas viviendas y el aparcamiento de la plaza orensana de San Antón.
A ambos los avala la regla no escrita del PSdeG: todo cargo público, pese a estar imputado, podrá presentarse como candidato a la alcaldía de cualquier ayuntamiento. El líder de los socialistas gallegos, José Ramón Gómez Besteiro, se escuda en las primarias para no establecer vetos, descargando así en los propios militantes la responsabilidad de elegir o no a un imputado .
La estrategia es inteligente, pero tiene un fallo: ni en todos los concellos se celebrarán primarias —solo en aquellos de más de 20.000 habitantes— ni en todas las ciudades se asegura el proceso. Lugo se salvará, casi con toda probabilidad, de la quema. A priori, ningún militante lucense tiene la capacidad suficiente para reunir el 51 por ciento de las firmas necesarias para forzar las elecciones internas y enfrentarse a Orozco. Nadie duda ya de que éste volverá a ser el cabeza de lista del PSOE de cara a las municipales de 2015.
Caso contrario ocurre en Orense. La división en dos bandos —al menos— del socialismo en toda la provincia y, en concreto, en la ciudad, casi imponía la celebración de primarias. Pero la incertidumbre mantenida por el regidor hasta este viernes complicaba los tiempos.
Las firmas, invalidadas
Pese a que Fernández aseguró esta semana que se celebrarían, los afines al exlíder del PSdeG «Pachi» Vázquez prefirieron anticiparse y empezaron a recoger firmas entre la militancia para asegurarse las espaldas. El jueves sumaban el 45%. El viernes todas ellas ya no servían para nada. La decisión del alcalde de dar «un paso a un lado» y no optar a las primarias las invalidaba, pues ahora todo aspirante que quiera presentarse deberá reunir solo el 20%.
El panorama actual allana el camino y da aire al sector «pachista», que ya hizo una demostración de poder —que algunos no se terminan de creer— al publicitar el alto número de firmas conseguidas a tres días de finalizar el plazo para su recogida.
Sabedor de este escenario, Fernández no escondió los problemas internos en el propio equipo de gobierno, alimentados por esa división entre «pachistas» y «paquistas». Emocionado, agradeció la paciencia de su grupo «en estos momentos de decisión personal», más si cabe teniendo en cuenta «todas las discrepancias que ha habido en los últimos años en el gobierno». Todas ellas también han pesado sobre su reflexión, «serena y prolongada» , acerca de su futuro. En él no figura la política municipal, sino recuperar su empleo en la Agencia Tributaria. Sus ocho años en el Ayuntamiento han sido «más que suficientes para dar todo lo que uno tiene», remarcó.
Casi a la misma hora que la presión de la Justicia y la de un clima hostil se cobraba la vida política del regidor orensano, el de Lugo reanimaba la suya tras 15 años en activo. En un viernes «feliz» para él porque se levantaba el velo de la «incertidumbre», se definió como el «Orozco del año 1999, con ganas de trabajar, con ilusión, con fuerza».
Ánimos de Besteiro
Pero también hay en él un poco del «Orozco que sufrió mucho, sobre todo en este último año». Su implicación en la «operación Pokemon» no le es ajena y pretende enfrentarse a ella, a diferencia de Fernández, en el poder. «Nunca me escapé de los problemas», puntualizó.
Y tras reflexionarlo con «gente de la ciudad, del medio rural», compañeros de partido y familia, fue Besteiro el que le dio el último empujón, confiado como está en su inocencia. Si Orozco hubiese declinado, hay quien incluso señalaba al propio líder del PSdeG como candidato. La posibilidad de perder en las urnas sería un golpe demasiado fuerte. Ahora queda por ver cuánto se atreve a prolongar su estancia en la Diputación.
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