Feijóo cierra 103 días sin portavoz

Fue el propio Feijóo quien creó dicha responsabilidad al alcanzar San Caetano. Se necesitaba a una persona que supiese aguantar los chaparrones de la oposición y repartir por igual. Se eligió entonces a Antonio Rodríguez Miranda. Poco tiempo después, el orensano se vio envuelto en una polémica sobre el cobro de dietas parlamentarias de kilometraje. En el congreso tras las elecciones de 2012 se conoció a su sucesora. De la cita popular celebrada en Lugo salió elegida la entonces concejala de Santiago Paula Prado, sustituta natural del maltrecho Gerardo Conde Roa quien, en un último golpe de poder, colocó a Ángel Currás al frente del Ayuntamiento.

Prado desempeñó su papel con maestría —dando latigazos por igual a PSdeG, AGE y BNG— hasta que la juez Pilar de Lara descubrió su voz en los pinchazos telefónicos . El levantamiento del secreto de sumario de la «Pokemon» provocó un giro en sus funciones: ya no se trataba de disparar contra la oposición, sino que los disparos le venían directos en forma de preguntas. Tras poner a disposición de Feijóo su cargo en múltiples ocasiones, ese 4 de junio, poco más de un año después de ser elegida, decidió no alargar más su estancia. Aprovechando el chaparrón político de Santiago, anunció su marcha y abrió las quinielas de un relevo que el máximo dirigente popular ha demorado hasta el inicio del nuevo curso político.

Con septiembre en su ecuador, el comité ejecutivo del PPdeG se reúne esta tarde para valorar la propuesta que Feijóo llevará debajo del brazo. Podría haberlo nombrado él solo, pero ha preferido someterlo a debate de la cúpula popular. Aunque lo que decide el presidente de la Xunta es, de facto, una resolución en firme. «Seguro que será una decisión acertada que estará muy pensada, dado que es un puesto muy sensible». Es lo único que aciertan a vaticinar las fuentes populares consultadas, que ni saben ni se atreven a dar nombres concretos más allá de los que se rumorean por los mentideros políticos.

Uno de ellos, quizá el que con más fuerza suena, es el de la diputada y viceportavoz del grupo popular en el Parlamento, Marta Rodríguez Arias. Su conocimiento del partido —también fue edil y teniente de alcalde en Vilagarcía y trabajó en la Consellería de Asuntos Sociales— y su perfil medio —no es una absoluta desconocida, pero tampoco ocupa titulares todos los días— la convierten en una candidata idónea para el puesto. Preguntada por ABC sobre si le agradaría dar este salto, la arousana prefiere ser cauta y declina contestar. Es la tónica general. Todos saben cuál es el «modus operandi» de Feijóo: valorar la decisión con su círculo íntimo los días previos y comunicárselo a la elegida la noche antes.

Porque se tratará de una mujer, salvo sorpresa, la que coja el testigo de Prado. Además de Rodríguez Arias, una compañera de hemiciclo, Carmen Pardo, también tendría papeletas para hacerse con la portavocía. Y fuera de la Cámara, hay quien apunta hacia las delegaciones de la Xunta. La responsable en Vigo y profesora de Derecho, María José Bravo Bosch, cuenta con el bagaje político necesario. Pero las quinielas no condicionan a un Feijóo al que, como remarcan fuentes populares, «le gusta sorprendernos a todos».