Vendex perderá su contrato más jugoso en La Coruña, la gestión de grúa y ORA

Esta concesión era la más suculenta de las que Vendex, el conglomerado que se halla en el epicentro de la «operación Pokemon» disponía aún en en Ayuntamiento de La Coruña, donde, según informó en su día La Opinión, llegó a arrogarse hasta 33 contratos entre 2002 y 2013, un 44% de los que fueron otorgados en ese período.

Con la llegada de Carlos Negreira a la alcaldía, en 2011, el grifo de contratos públicos al Grupo Vendex se fue cerrando. De los 16 contratos que tenía el año que los populares ganaron las elecciones, quedaron solamente con diez a finales de 2013, de los cuales cinco estaban entonces en fase de licitación, por lo que podrían perderlos.

No obstante, todavía mantenían un jugoso contrato que entró en vigor el 1 de mayo de 2005, en el último año de mandato del exalcalde Francisco Vázquez: el de la zona azul y el servicio de retirada de vehículos mal estacionados. En virtud de esta concesión, el grupo que, presuntamente, sobornaba a políticos para obtener concesiones se embolsaba algo menos de cuatro millones de euros anuales, una cuantía que se actualizaba cada ejercicio siguiendo el IPC.

El contrato firmado en 2005 tenía una duración de diez años prorrogables a doce, una decisión que, ahora, el Consistorio no ha tomado. «Se ha decidido no prorrogar el contrato debido a que este servicio arroja resultados deficitarios desde hace años que se reflejan en el presupuesto municipal», anunció la teniente de alcalde de Hacienda, Rosa Gallego, tras haber adoptado el acuerdo en la Junta de Gobierno Local.

En concreto, las pérdidas de los servicios de grúa y ORA ascienden a 2,7 millones de euros a lo largo de la última década, aunque Gallego reivindica que su Gobierno ha «hecho un esfuerzo por tratar de frenar el déficit».

La concejal insistió en que se tomaron medidas para intentar frenar la sangría económica que la concesión a Vendex significaba para las arcas públicas, entre ellas el sistema de «doble check», que lograron «reducir el déficit del contrato en un 34,22% con respecto a 2011».

«Teníamos un contrato licitado y adjudicado en 2005 por el PSOE y que no se había revisado por parte de los anteriores gobiernos, que aumentaba año tras año su importe por las actualizaciones del IPC y que suponía para la empresa una cantidad asegurada ya que las pérdidas las tenía que cubrir el Ayuntamiento con el dinero de todos los coruñeses», afirmó Gallego.

De hecho, el importe del contrato llegó a revisarse al alza en 2009, en la Junta de Gobierno del 6 de noviembre de ese año. Entonces, el bipartito que presidía el socialista Javier Losada decidió que Vendex merecía haber recibido más por sus servicios después de la reapertura del entorno de la plaza de Lugo en 2006. Se decidió, con efectos retroactivos, un incremento del valor de la concesión de unos 6.000 euros anuales. «Ésta es la única actuación que hizo el bipartito con respecto a la gestión del contrato», concluyó la «número tres» del Palacio Municipal de María Pita.

Ahora, los técnicos del Ayuntamiento trabajan ya en la elaboración de un nuevo pliego de condiciones para las empresas que deseen optar a esta concesión, que Rosa Gallego cree que se podría hacer de forma que no cueste «ni un céntimo a los ciudadanos». A los no infractores, por supuesto. Además, se plantean incluir mejoras tecnológicas en la forma de pago, como hacerla posible desde un smartphone.

Como Doal —la filial de Vendex que gestiona este servicio— no ha sido inhabilitada por la juez Pilar de Lara, que instruye la «operación Pokemon», para optar a un concurso público, nada le impediría, en teoría, presentarse al nuevo concurso y ganarlo. Parece, aún así, poco probable políticamente que el Ayuntamiento coruñés se arriesgue a otorgar una concesión a una compañía que, en los últimos meses, no ha dejado de salir en los periódicos y no precisamente por sus éxitos empresariales. Los nombres de su presidente, Gervasio Rolando, y de su delegado en Galicia, José María Tutor, son ya de sobra conocidos en Galicia.

Lo que nadie se atreve a descartar es que, si pierde la concesión, el Grupo Vendex recurra el concurso y pueda aferrarse a la concesión durante un tiempo, mientras un juez no avale la decisión que se tome en María Pita. Esta práctica, que también llevó a cabo la antigua concesionaria del servicio cuando Vendex se llevó la grúa y la ORA, ya ha sido puesta en práctica por el grupo en tres ocasiones en La Coruña durante el último año.