Las multas de tráfico más extravagantes en Galicia
Un vecino de Vilagarcía fue sancionado por girar el cuello «más de 45 grados», un movimiento penado con 100 euros
o. b.
Conducía por la carretera PO-308, a su paso por el municipio pontevedrés de Poio, cuando la Policía Local advirtió que cometía una infracción. Javier Raposo había girado el cuello «más de 45 grados», una práctica que, a ojos de los agentes, supone una distracción, ... al perder la visión de la vía.
La de este vecino de Vilagarcía es una de las sanciones que engorda la listas de las más extravagantes de Galicia. Raposo, que el Viernes Santo de este 2014 giró «más de 45 grados su cabeza» , una infracción de la que no consta prueba gráfica -según denuncia-, ha sido multado con 100 euros, 50 con la bonificación.
Javier Raposo cuenta que no puede recordar exactamente los motivos que lo llevaron a cometer un giro cuya ilegalidad desconocía por completo. Y no se muestra nada conforme con la sanción, aunque reconoce que si no la recurrió fue por el coste económico y por «el tiempo». Este vecino de Vilagarcía se desplazó a Poio con la intención de pasar el día con su familia y asegura que es posible que girara la cabeza hacia la derecha para ver el espejo retrovisor «o para ver algo que estaba en un punto muerto».
Aunque desde la Policía Local de Poio han explicado que las multas se impusieron al detectar comportamientos peligrosos al volante, Raposo lo niega y califica de «injusta» la «reprimenda».
Por exceso o por defecto
El suyo no es el único caso de multas extrañas impuestas por los cuerpos de tráfico. Una trabajadora de un hotel de Santiago fue multada hace unos días con 80 euros porque se le cayó la «L» del cristal y en 2008 la conductora de un Mini Cooper fue sancionada por circular a 750 kilómetros por hora por el barrio vigués de Coia.
Una polémica que se repite en toda España
Uno de los casos más polémicos en España fue el de Tomás Valdivieso, un abogado canario que en 2003 fue multado por la Guardia Civil por rascarse la oreja. El hombre se encontraba circulando por la A-6 de Madrid cuando dos agentes le dieron el alto y lo acusaron de ir hablando por el móvil, algo que él negó, pudiendo demostrar que la última llamada era del día anterior.
El resultado fue que le impusieron una sanción por sujetarse «la oreja con su mano derecha de forma permanente sujetando el volante con una mano». La multa fue retirada un año más tarde.
Pero las sanciones no solo recaen sobre el que va al volante: «poner adornos, dibujos o publicidad en la matrícula» está penado con 80 euros y, en el caso de los peatones, atravesar la calzada muy despacio aunque sea por un paso de cebra, sin razón justificada, puede significar otros 80 euros de multa.
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