La militancia de Anova deslegitima a su cúpula
Los de Beiras optan por aliarse con EU para las europeas y no con un frente nacionalista como pedía la dirección del partido por once votos de diferencia que evidencian la fractura interna
La militancia de Anova deslegitima a su cúpula
Solo había dos resultados factibles en Anova —aunque en el referéndum celebrado ayer hubiera tres posibilidades de elección— y cada uno de ellos dejaba tocado y hundido a una parte importante de la formación nacionalista. Si triunfaba la opción de concurrir a las elecciones europeas ... con Esquerda Unida —la denominada izquierda federal—, la cúpula de Anova estaría siendo deslegitimada por la militancia. Si, por el contrario, vencía la alternativa de presentarse en coalición con el nacionalismo —bautizada en la consulta como «con fuerzas políticas de la izquierda nacionalista de las naciones sin estados y con plataformas cívico políticas de izquierda rupturista»—, Xosé Manuel Beiras recibiría un duro revés al frente del partido que dirige y se estaría abriendo una enorme fractura en AGE, la plataforma que le sirvió en 2012 al veterano dirigente para regresar al Parlamento. Es decir, este domingo, Anova decidía algo más que su modo de concurrir a las europeas, se jugaba buena parte de su futuro como formación política solo dos años después de haberse fundado tras las escisiones sufridas por el BNG.
Un 72,44 por ciento de los mil doscientos militantes de Anova pasaron ayer por las urnas, según los datos ofrecidos por la formación, para opinar al respecto. A las 21.00 horas se cerraban las cuarenta mesas y comenzaba el recuento, que se dio a conocer noventa minutos más tarde. Por solo once votos de diferencia, los de Beiras se decantaban por Esquerda Unida con 380 frente a los 369 de la segunda opción. La tercera casilla en discordia, no acudir a las urnas el próximo mayo, solo recolectó 37 afines. Tres fueron en blanco y dos nulos. En total, votaron 791 militantes, muchos más que los 200 que acudieron a la reunión de primeros de mes donde se debatió el programa, lo que demuestra que tal y como defendían los críticos de Beiras, la política de alianzas preocupaba más que el contenido. Más el con quién que el qué. Traducido a porcentajes, la opción federalista recibía el 48,04 por ciento del respaldo, por un 46,65 de apoyos a la oficialidad. La tercera vía un 4,68 y blancos y nulos un insignificante 0,38 y 0,25.
La opción de apostar por seguir de la mano de Esquerda Unida —y por tanto de dar continuidad a AGE más allá de la alianza en las últimas autonómicas— la encabezaba Martiño Noriega, alcalde de Teo y número dos de Anova hasta que dimitió en diciembre por discrepancias con la dirección. La vertiente de ahondar en el nacionalismo era defendida por varios miembros de la dirección del partido, lo que le daba un carácter oficialista a esta opción. Tras ella estaban viejos amigos de Beiras como Luis Eyré y Mario López Rico y otros miembros con mando. El pasado viernes, Beiras había al fin desvelado su preferencia: no abandonaba su maridaje con Yolanda Díaz, la coordinadora de EU y su mano derecha en AGE. Y eso suponía a la vez darle la espalda a otro antiguo compañero: el líder del BNG, Xavier Vence, que el fin de semana todavía tendía la mano a Anova, pero con la condición de renegar de Díaz.
La digestión del resultado
La línea oficialista considera que asociarse con EU les asegura representación, pero les aleja de los principios fundacionales e «impedirá la consolidación de Anova como la organización de la izquierda nacionalista del siglo XXI y para los próximos treinta años». Es decir, que les privaría de su objetivo de ocupar el espacio del Bloque.
Ahora resta por ver cómo digiere este resultado Anova, que se arriesga a un daño ya avanzado por las dimisiones a finales de año de cinco integrantes de la comisión permanente y de otro de la comisión ética y de garantías después de la expulsión de diecisiete militantes de la agrupación de Redondela.
Ver comentarios