El Deportivo se la juega hoy a cara o cruz en su Junta de Acreedores

A partir de este mediodía, que el Deportivo pueda continuar con su centenaria historia depende únicamente de la buena voluntad de Hacienda. El de Corcubión solo se desplazó esos 200 metros una vez desde que el club entró en concurso de acreedores, hace ya un año. Y eso que el fisco es, con 95 millones de euros, el principal acreedor del club herculino.

Esta mañana, a las 10.30, en la sala de la sección primera de la Audiencia Provincial de La Coruña, se celebra una Junta de Acreedores que determinará el futuro del club. Y esto último está lejos de ser una exageración o un tópico. En esta sede judicial se dirimirá el plazo en el que el Deportivo tendrá que devolver los 160 millones que engrosan su deuda (17 años o 10), la quita que se le aplicará a la deuda ordinaria y subordinada (un 33% o un 45%) y la capacidad de maniobra que tendrá el Consejo de Administración que salga de las elecciones del próximo día 22 de enero.

Son dos las propuestas de convenio de acreedores que tendrán que votar todos los que integran esta categoría. La primera es la propuesta por el Consejo saliente, encabezado por Lendoiro. La segunda lleva la firma de la Agencia Tributaria, algo no muy habitual, pero que ocurrió en esta ocasión por su total rechazo al convenio presentado por Lendoiro.

Al parecer, el veterano dirigente lo dejó todo atado y bien atado para que su propuesta sea la vencedora en la junta de esta mañana, gracias a sus buenas relaciones con la Liga de Fútbol Profesional y el sindicato de futbolistas. No obstante, los 60 millones de deuda con Hacienda clasificados como privilegiados le confieren a esta la capacidad de ordenar su cobro al mismo día siguiente de la firma del convenio. Esto es, de ordenar un embargo sobre todas las propiedades del club y forzar su desaparición.

La única baza de Lendoiro —que aseguró en Nochebuena que había pedido una reunión con el fisco y nadie le había respondido— es que este no se atreva a ejecutar los embargos, debido a la relevancia social del club y a que, a fin de cuentas, Hacienda perdería esos 60 millones. Hasta el momento, nada indica que vaya a dar un paso atrás. Así pues, la suerte está echada.