La marea no pasa por agua el San Juan coruñés
La precaución de los coruñeses y un nutrido equipo de seguridad evita que un San Juan con mareas vivas se convierta en una tragedia
jorge pan
Una bandera roja presidiendo cualquier playa de España suele desanimar a muchos a bajar al arenal, ya que anuncia un mar revuelto y fuertes olas que suelen estar provocadas por un viento de una intensidad a juego. Pero ese no fue el caso de las ... tres grandes playas coruñesas, Riazor-Orzán-Matadero, a las que la enseña encarnada no pudo amargar la noche de San Juan, aunque no fue por no intentarlo.
El pronóstico de mareas vivas para este 23 de junio se cumplió finalmente con toda su virulencia y, a las 17.15, el mar invadió por completo la arena, comiéndose las hogueras de aquellos que, imbuidos de paciencia, llevaban allí apostados desde primerísima hora de la mañana. Hubo, no obstante, quienes se aprovecharon del clima de caos y madera mojada. «Cuando la marea se llevó las hogueras de los demás, bajamos y pusimos la nuestra», recuerda con ademán triunfante Daniel, uno de los inquilinos de la playa.
La mayoría de jóvenes continuaban mirando los toros desde la barrera y la marea desde el paseo marítimo, resguardados tras el rompeolas con sus contenedores llenos de madera y litronas.
Faltaban todavía muchas horas para que comenzase a anochecer, pero un aroma a churrasco y sardinas invadía ya el aire de La Coruña. Este aroma se condensó horas más tarde, cuando las hogueras acabaron por prender y, salto a salto, la noche de San Juan se fue consumiendo. Eso si, un numeroso dispositivo de seguridad impidió que esos saltos se dirigiesen al mar, pues los recuerdos de Tomas Velicky y los tres policías estaban todavía muy frescos en el subconsciente coruñés.
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