Bloque y AGE desprecian la entrada de Pemex en Barreras que «Pachi» celebra
El astillero confirma que se ha firmado una «carta de intenciones» con Pemex para ser accionista
E. P. RODRÍGUEZ-SOMOZA
Tras más de dos años con las gradas vacías y la actividad paralizada, el anuncio de la entrada de Pemex en el accionariado del principal astillero privado gallego -la petrolera mexicana asumiría su control con el 51%- marcaba ayer las manifestaciones con motivo del 1 ... de mayo. Una importante operación para Hijos de J. Barreras de Vigo, y por ende para la industria naval gallega, que no solo garantiza la «cuestionada» construcción de los floteles en Galicia sino que solventa uno de los motivos que dilataron la negociación suscrita con el anterior Gobierno mexicano. Este movimiento otorga a la paraestatal vía libre sobre los encargos.
Así las cosas, y pese a que ayer el propio presidente del astillero, José García Costas -uno de sus accionistas mayoritarios, posee un 20% del constructor, junto a la armadora de buques de atún Albacora-, pisaba el freno al asegurar que «no había nada cerrado», sí reconocía que ambas partes seguían trabajando en la elaboración del documento. Tanto es así que fuentes próximas a la negociación fechaban este miércoles la posible formalización del acuerdo.
De hecho, Barrreras ha confirmado este jueves, a través de un comunicado, que el miércoles firmaron una «carta de intenciones» para la «posible adquisición de una participación financiera» de la empresa por parte de Pemex. En el mismo comunicado, el astillero señala que los detalles de esa posible participación de la petrolera en el astillero se concretarán «durante el mes de mayo».
La entrada de Barreras en el grupo Pemex, que no tendría intención alguna de hacer cambios en la cúpula directiva manteniéndose esta en manos gallegas, no solo facilitaría el crecimiento económico de Galicia, sino nuevos barcos -en juego, la renovación de la flota menor de la empresa mexicana por 240 millones de dólares- y más trabajo y empleo tanto para el sector como para su importante industria auxiliar -solo con los floteles se estima que habrá carga para 3.000 operarios-.
«Se confirma que México está confiando en Galicia y en la capacidad de su sector naval, y que Galicia está mostrando ser un socio estable para los planes de crecimiento de un país en gran expansión», aseguraba ayer el conselleiro de Economía e Industria, Francisco Conde, al respecto de la alianza estratégica firmada entre la azteca y la Xunta.
Un anuncio que esta vez sí parecen creerse los socialistas gallegos. A su líder, Manuel «Pachi» Vázquez, que tantas veces cuestionó la llegada de los floteles al considerarlos un «anuncio electoral sin contenido real», no le ha quedado más remedio que admitir que la operación, por la que Feijóo viajó recientemente a México, «puede dar un impulso al naval». Por primera vez desde que Pemex se convertía hace ahora un año en la tabla de salvación de un sector fuertemente azotado por la crisis, el PSdeG, a través de su secretario general, mostraba su «total apoyo», aunque con matices: «No creeremos el anuncio hasta que lo veamos, ya dijeron muchas mentiras sobre el naval».
En la misma línea se pronunciaba el responsable de naval de CC.OO., Ramón Sarmiento, quien significó que espera que «éste sea el giro definitivo» en torno a Pemex y que «se dé desde el equilibrio de los intereses de la petrolera mexicana y la empresa gallega». Mientras, para el secretario general de UGT en Galicia, José Antonio Gómez, «más allá» de que la paraestatal entre como accionista del astillero Barreras, pide «que se cumpla la promesa de construir buques».
Acusan a Feijóo de «bróker»
La nota discordante la ponían ayer desde el ala nacionalista. BNG y CIG, lejos de valorar en su dimensión el anuncio de la entrada de Pemex en el accionariado de Barreras, llamaron la atención sobre la deslocalización de la empresa. «Galicia se está quedando sin empresas de capital gallego», afirmaba Francisco Jorquera, portavoz frentista en el Parlamento, a lo que Xavier Vence, nuevo portavoz del Bloque, anotaba que es «símbolo del desastre de la política industrial del PP». El juego de palabras lo ponía este último al llamar «bróker» al jefe del Ejecutivo gallego, Alberto Núñez Feijóo, al que acusó de viajar al extranjero a «vender empresas del país».
La misma visión tiene Esquerda Unida, desde donde censuraron la «renacionalización» del astillero vigués al considerar «indignante» que la solución de la Xunta para esta empresa sea «la venta a una multinacional mexicana». La formación va más allá y ve «indispensable expulsar del accionariado» al actual presidente, José García Costas, a Albacora y «a otros supuestos inversores que desangraron patrimonialmente al astillero», tal y como hicieron constar en una nota de prensa.
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