«El Papa ha hecho un gran servicio al futuro de la Iglesia con esta decisión»

-Llegado el caso, ¿se plantearía usted una decisión como esta para poder abandonar el cargo ?

-Pero la del deán es una enfermedad que se cura pronto [ríe].

-Ocho años.

-Cuatro, que solo se puede renovar una vez y yo no estoy mucho por ello. Es un servicio que uno presta y los estatutos son muy sabios. Yo también voy siendo anciano [64 años] y con una vez es tiempo suficiente.

-¿Qué balance hace de estos casi ocho años de pontificado?

-Valoro su forma de hacer una propuesta cristiana sobre la vida de la persona humana, en un momento de crisis ideológica y de pensamiento débil. Eso es un servicio impagable y a la larga será el balance más positivo. También la antropología que nos ha explicado, el sentido de la fe, la preocupación por el futuro de Europa, que lo dijo cuando vino a Santiago precisamente. Y después, la forma de gobernar ha sido colegial y firme en cuestiones fundamentales. No ha pactado con ninguno de los problemas que han aparecido, sino que los ha abordado con una honradez y una coherencia que para sí quisieran muchas instituciones que se precian de modernas y democráticas.

-¿Usted es un reconocido teológo, ¿cuál es la gran aportación de Benedicto XVI en este campo?

-Ha tocado casi todos los aspectos de la teología. Fue catedrático en varias universidades alemanas y los profesores de dogmática en Alemania explican todos los tratados. No funciona como aquí. Hay obras muy significativas. Por ejemplo, la que es una especia de síntesis de su pensamiento, como un comentario al Credo, que es la primera que se tradujo al español: «Introducción al cristianismo». Con una gran sensibilidad de eclesiología escribió «El nuevo pueblo de Dios». Ahí están muchas de las intuiciones que todavía están sin desarrollar en la concepción de la Iglesia como pueblo de Dios. Yo consideraría [se detiene a pensar] que la visión teológica de Benedicto XVI es como una propuesta, que el cristianismo es una alternativa a todo lo que el hombre es y significa. Y en ese sentido, hay un antes y un después en el estilo y la forma de expresar el magisterio pontificio. Es un magisterio profundamente teológico en un lenguaje que todo el mundo entiende.

-¿Qué papa necesita la Iglesia?

-La gente pide que sea un pastor sabio, santo y que nos haga sentir seguros y orgullosos de nuestra fe.

-Las primeras quinielas apuntan hacia fuera de Europa.

-Es posible.

-¿América?

-Sí, más bien tirando hacia el norte. A Canadá. El conocimiento que tengo de los cardenales es el que veo en el periódico, y a veces no son exactos. Pero hay figuras en la Iglesia que pueden darle ese impulso. Sobre todo que asuma las reformas que se necesitan en la Iglesia con coraje y valentía. Creo que para eso hace falta una persona más joven al ser nombrado.