Una mujer y una menor aparecen muertas con heridas de arma blanca en Valencia

Las fuentes cercanas a la investigación consultadas por este periódico confirman que la joven detenida –también de nacionalidad china– era hija de la mujer asesinada y pariente de la niña , que habría huido a la localidad vecina tras supuestamente cometer el doble asesinato.

Eran poco más de las dos y media de la tarde cuando los gritos del abuelo y marido de las víctimas rompían la tranquilidad de un bazar chino –situado frente al edificio de las fallecidas en la calle Tomás de Villarroya de Valencia–, alertando de que su mujer y su nieta estaban muertas . «Hay mucha sangre arriba y personas muertas, llamen a la policía», pidió el hombre muy alterado.

La llamada de aviso del suceso se recibía en el 112 a las 14.36 horas, según fuentes del Centro de Emergencias de la Generalitat, que precisaron que las víctimas habían sido apuñaladas.

Los servicios sanitarios no pudieron hacer nada por salvar la vida a las dos mujeres ya que cuando llegaron a la vivienda ambas habían fallecido y la zona ya estaba acordonada por la Policía.

Fuentes de la Policía Nacional confirmaban minutos más tarde que en la vivienda «había muchísima sangre», sin poder añadir más datos sobre la investigación en curso.

El levantamiento de los cadáveres se ha producía entre las 16.30 y a las 16.45 horas, en presencia de varios agentes policiales, y ante la consternación en la calle de amigos y conocidos de las víctimas.

Según los vecinos, en la vivienda residían dos niñas –una de unos 5 o 6 años, y otra de unos 9 o 10–, la madre de éstas, «que es muy joven», y los dos abuelos, todos ellos de nacionalidad china.

El responsable de un bar situado frente a la vivienda de las dos fallecidas, Alejandro Liñana, explicó que había visto salir del edificio al abuelo y le llamó la atención, porque, «aunque es un hombre tranquilo, iba corriendo» y entró en el comercio situado junto a su bar, un bazar regentado por personas también de nacionalidad china.

El nerviosismo era absoluto entre los vecinos de las dos mujeres asesinadas. Algunos aseguraron en un primer momento que el abuelo llevaba las manos ensangrentadas cuando alertó del crimen, aunque otros contradecían esa versión y afirmaban «que no era así».

Al parecer, y según el relato de algunos vecinos, la familia regenta un bazar chino en el barrio de San Marcelino. «Es una familia normal, tranquila».