¿Solo sexo?

Y es que Toni sabe que no es muy popular. Entiende incluso que es menos popular que otros que antes ocuparon su puesto. Pero sabe también que está en una situación ideal para encontrar el amor de su vida. Por lo menos para los próximos años. Para los próximos cuatro años. Y tal vez sea su última oportunidad.

El caso es que se reencontró con Ali, una morena guapa y con buena conversación. Comprobó que pensaban casi lo mismo en casi todo. Pero, no nos engañemos. Las grandes discusiones de las parejas no lo son por el modelo de educación de los hijos. Lo son por los pelos que se quedan en la bañera sin recoger y cuestiones tan banales como esa.

Y en este caso, compartiendo los objetivos y la necesidad de los mismos, Ali y Toni no consiguen ponerse de acuerdo sobre una cuestión que no es menor, pero no debería ser tan importante como para impedir su historia de amor. La cuestión es que los dos querían ser el capitán del barco, liderar la tarea y, probablemente, capitalizar los resultados.

Ah, el amor…. Es cierto que a Ali le estaba tirando los trastos Pedro. Uno de Madrid que no tenía muy claro si amar o odiar a Ali, pero que por ahora la estaba amando. Y eso a Toni le venía fatal.

El caso es que a la primera de cambio, Toni lanzó un ultimátum: Ali, o me dejas que sea yo quien defina nuestro amor, que llevo cien años preparándome, o tendré que tomar medidas radicales. Ali contestó que bien, pero que ella también quería dar un paso adelante. No por el amor, que también, sino por la necesidad de que ambos se amasen. Ali no dejaba de mirar de reojo a Pedro y al final Toni se hartó: O haces lo que digo, o me voy con Enma.

Toni y Enma no tenían nada que ver, pero esta podía facilitar a Toni el papel que él buscaba. Eso si, sin amor. ¿Solo sexo?. La próxima semana les digo como va la cosa.