El hundimiento del PP abre las puertas a un tripartito de izquierdas en la Comunidad

Lo que no se vislumbró es que ese ascenso vertiginoso lo estaba protagonizando socialmente otra formación que ya tenía representación en las Cortes y una gran implantación en el mundo local como es Compromís. El binomio entre Mónica Oltra y Enric Morera se puede catalogar, sin duda, como el gran triunfador de la noche electoral en la Comunidad Valenciana y en la capital del Turia.

El PP, con Alberto Fabra a la cabeza, acusó la dureza de una legislatura extrema en lo económico ; insufrible en lo judicial por los casos de corrupción y lastrada por las medidas del Gobierno de Mariano Rajoy, que no supo arreglar los problemas de financiación de los valencianos.

El resultado de ese cóctel fue explosivo para los populares en la Comunidad Valenciana , que se hunden 25 puntos respecto a las elecciones de 2011 y abren de par en par las puertas del Gobierno de la Generalitat a un tripartito de izquierdas que, negociación mediante, conformarán el PSPV-PSOE, Compromís y Podemos.

Queda pues Ciudadanos, el gran animador de la precampaña y la campaña electoral, en tierra de nadie y sin poder de decisión. Y el PP abocado por las crisis internas a un futuro inmediato muy incierto donde asoma el horizonte de un congreso extraordinario impredecible.

Los socialistas se mantienen como segunda fuerza en las Cortes, aunque hundiéndose aún más en su suelo electoral y acercándose peligrosamente a bajar la barrera del 20% de apoyos. Ximo Puig tendrá la difícil papeleta de convencer a Mónica Oltra (Compromís) y a Antonio Montiel (Podemos) de que debe ser él quien encabece ese tripartito.

La pinza de esos dos partidos suma más apoyos que los propios socialistas, por lo que el acuerdo puede tener las dificultades propias de los egocentrismos de quienes encabezan una candidatura política. Oltra es ambiciosa sin límites y tiene un preacuerdo con Montiel para negociar juntos, mientras que el representante de Podemos no vería con malos ojos que fuera ésta la presidenta en detrimento de Ximo Puig.

En el lado opuesto de la coalición Compromís se sitúa Izquierda Unida, que desaparece del Parlamento autonómico al no alcanzar el exigido 5% de apoyos. Ha pagado precisamente la sangría de votos que se le fue hace cuatro años en la escisión que dio lugar al germen de Compromís, por un lado, y por el otro, el ascenso de Podemos, que ha bebido directamente de la fuente de votantes de la formación que ha liderado en este proceso electoral Ignacio Blanco.