Victoria mínima del Valencia

Nuno Espirito Santo exprime todo lo posible la idea de explotar las bandas. Recorrido. Velocidad. Profundidad. Arrastre y llegada. El equipo, luego, se arma normalmente bien en el repliegue para cerrar los espacios en tareas defensivas. Por los carriles, de hecho, zarandearon el pasado domingo al Real Madrid en Mestalla (2-1). Especialmente escoció la brillante actuación de José Luis Gayá; algo que de fondo se ha convertido en regular. El chaval está en un momento dulce. Y eso, hay que cuidarlo. Precisamente con ímpetu y con rendimiento eléctrico por las bandas arrancó el encuentro copero ante el Español. Casi con la inercia de la victoria sobre los madridistas, tomó pronto ventaja el conjunto valencianista.

Cancelo ganó con habilidad y potencia el carril derecho y centró al corazón del área. Entre el intento de remate de Negredo y el de despeje de Álvaro, el balón le cayó a Gayá. El chaval, zurdo solvente, se cambió el esférico a la derecha para buscar el palo largo y anotar. Se mantuvo fiero el Valencia y atosigó a los de Sergio González. Fue de libre directo, impecable en la ejecución, aunque sin premio final, como Parejo pudo ampliar más el marcador.

Con el paso de los minutos, los locales desaceleraron. Mala elección, porque es una de sus bazas y porque el Español no es cualquier equipo. Comenzó a ganar terreno el conjunto catalán, buscando siempre la pericia de Sergio García, Stuani o Lucas Vázquez. Luego, cerca de la meta de Yoel el asunto se volvía más complicado. No es fácil sobrepasar la retaguardia de Nuno. Pero tuvo su gran ocasión el Español pasada la media hora. Sergio García buscó a Víctor Álvarez y su chut, cercano, lo paró Yoel con la rodilla.

La presencia visitante en el sector del campo valencianista no fue cosa puntual. Equilibrio de fondo. Posesiones de unos y otros. Un cocinar cada acción, pero sin poder finalizar con claridad. Los sistemas defensivos funcionaban. Y esto se estiró en el segundo acto. El Valencia precisaba de ese ímpetu inicial para quebrar la igualdad en el juego. Que a la hora de partido se extendió en el marcador. Stuani ganó un balón aéreo a Orban. Recogió Sergio García. Y éste, pícaro, asistió al propio Stuani que se trabajo la acción para rematar ante Yoel y empatar.

Alcácer y Barragán que tuvieron esperar en el banquillo en un día de serial de cambios coperos -ya fue un error de cantidad en la eliminatoria ante el Rayo- fueron llamados para enderezar el negocio: empate y encajando en casa -ideal lógicamente para los españolistas-. Nuno recuperó la propuesta con dos puntas y Negredo hizo lucirse a Pau para evitar el 2-1.

No llegaba ni eso, ni lo opuesto. Se escurría el tiempo y con ello el dominio de unos u otros. Roto. Idas y venidas. Pero con un Español cómodo con el resultado. Se definió el resultado parcial de penalti. Lo cometió Pau sobre Alcácer y lo transformó Negredo a cinco minutos del final.