crítica
Una Turandot de nivel internacional
Una Turandot de nivel internacional
Más allá de lo extramusical, que fue mucho, se representó una ópera. Turandot es una obra extraordinaria. Un mundo musical en sí mismo en el que se da la mano la tradición de la gran ópera del XIX y la modernidad del XX. Una obra ... maestra en la que seguimos descubriendo cosas nuevas no oídas, cuando es dirigida por un gran maestro. Impresiona el universo sonoro que encierra una partitura que se transmuta constantemente. Mehta opta por una lectura descarnada -más si cabe que en su histórica grabación para la Decca de 1985- referente de la fonografía.
El maestro exhibe la modernidad de la obra con una dirección transparente, llena de aristas y otorgando un papel primordial a una percusión cercana a la violencia . La orquesta la de la Comunidad Valenciana es un Ferrari en la línea de salida con un piloto espoleado por lo sucedido pocos minutos antes en la sala, así que ya se pueden imaginar el nivel de entrega de los músicos con unos finales de acto verdaderamente estremecedores. He de decir que disfrutando de una lectura memorable, como lo fue, es imposible comulgar con todos los pasajes. En esta obra es difícil estar al cien por cien con la visión del director. Si por ejemplo una lectura complementaria e imprescindible sería la de Karajan, prefiero porponer un ejemplo en el acto segundo la solemnidad y majestuosidad del director austriaco al la hora de presentar a Turandot Gravi enormi e impotenti.
En el apartado de voces, hay que alabar el arrojo de Jorge de León , que sin llevar en todo momento una línea de canto apolínea, tiene momentos abrasadores haciendo uso de su extenso fiato como en un Nessum Dorma irresistible. Bravo. Decepciona algo la Turandot de Linsdtrom . Desconozco hasta qué punto pudo ser una mala noche, pero se le vio gélida hasta decir basta. El rol se las trae, de acuerdo, pero en Aquesta regia hay que transmitir algo más. Hay que dar más color a la voz. Su instrumento, siendo brillante, esmaltado y poderoso en el agudo, sus graves son prácticamente inexistentes o carentes de proyección, pues si estaban, no se oyeron, no obstante una más que correcta principessa.
Nuccio es una notable Liu, magníficos sus pianísimos, pero quizás demasiado delicada y etérea echándose en falta algo más de corporeidad, de sangre. Aun no he escuchado en directo un trío de mascaras que le saque todo el jugo a ese mundo que crea Puccini alrededor de esos personajes. Estuvieron correctos en un cometido que no es nada fácil por las tesituras y línea de canto que demanda la partitura. Magnífico y emocionante por lo noble y bello de su canto el Timur de Tsymbalyuk . No se le puede pedir más.
La espectacular escena de Chaige no es demasiado original ni aporta elementos realmente novedosos, empleando en gran medida clichés habituales en producciones de siempre, por lo que no sorprende aun así es una escena de primer nivel internacional que-por si no lo saben quienes deciden los designios del Palau de Les Arts, se trata de una producción completamente rentable al haber sido alquilada en repetidas ocasiones para otros teatros.
Una vez más, impresionante el Cor de la Generalitat . Los elogios se me acaban para alabar la labor y la calidad de esta formación. Algún día habrá que hablar de su director, Francisco Perales. Muy bien la Escolanía.
Ni que decir que el éxito fue clamoroso con bravos especialmente dirigidos a Mehta y la orquesta. Algún que otro aficionado se dejó literalmente la voz en la sala.
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