La familia Sorolla se desmarca del museo dedicado al pintor en Valencia

“Nosotros estamos siempre dispuestos a colaborar puntualmente, a prestar alguna obra por un tiempo determinado, pero no cualquiera y no permanentemente”, ha confesado Blanca Pons, quien es a su vez coleccionista y miembro del comité directivo del Museo Sorolla de Madrid. “Lo que le da gloria a un artista es que haya un museo con gran cantidad de fondos propios, que permiten explicar coherentemente toda su trayectoria con piezas de calidad. Por eso Clotilde cedió toda su colección de Sorolla a un museo en Madrid, para que ése fuera el referente de su marido”. “Aunque el Museo de Madrid tenga mucha obra no puede prescindir de ella, porque la necesita para investigación y exposiciones temporales, entre otras cosas”.

Paralelamente, Blanca Pons se ha confesado encantada con la sala dedicada a Sorolla que desde hace más de un año se ha habilitado en el Museo de Bellas Artes de Valencia. En ella se exhiben más de 50 piezas del pintor valenciano, que teóricamente se trasladarían a la sede de la Fundación Bancaja si llegara a fraguar el proyecto que avanzó la Conselleria de Cultura de instalar allí un centro dedicado a Sorolla. “En el San Pío V ya hay otro criterio, es un museo formidable, con infraestructuras estables. Cuando alguien me dice que tiene una obra de Sorolla y no sabe dónde darla en depósito, enseguida les digo que lo hagan allí”. Fabiola Almarza, bisnieta de Helena Sorolla, ha opinado en los mismos términos: “La Sala Sorolla da mucha vida al San Pío V, siempre está llena, y creo que su obra está suficientemente bien representada allí”.

La hija escultora de Sorolla

Los actos organizados por el Consorcio de Museos de la Generalitat con motivo del 150 aniversario de Joaquín Sorolla han culminado con una pequeña muestra, centrada no tanto en el pintor como en su hija Helena, la única de la saga seducida por la escultura. Se trata de la primera exposición monográfica dedicada a esta mujer “moderna y librepensadora”, que se inició en las artes plásticas de la mano de José Capuz, escultor valenciano de cuyo fallecimiento se cumple ahora medio siglo.

La trayectoria artística de Helena Sorolla (1895-1975) fue corta pero intensa. La cultivó con entusiasmo durante su juventud, para abandonarla después para crear una familia. Entre 1916 y 1926 participó en diversas exposiciones y produjo la mayor parte de sus piezas, en las que desvelaba su interés por el cuerpo femenino y los retratos. Estuvo presente en diferentes certámenes de ámbito nacional. Sus obras se conservan en el Museo de Sorolla y en colecciones privadas, si bien no habían sido nunca expuestas en Valencia.

La exposición es también una oportunidad para disfrutar de nuevo de una obra de Joaquín Sorolla, inédita hasta ahora en su ciudad natal. Es un retrato de su hija en 1909 ‘Elena con túnica amarilla’. Junto a él se exhibe otro retrato escultórico realizado por su maestro, el anteriormente citado José Capuz.

Acompañando a las piezas se ofrecen varias fotografías de Antonio García, el suegro de Sorolla, una de las cartas del autor, procedente de la colección del Consorcio de Museos, y varios paneles con imágenes del resto de obras de Helena que no están incluidas en la exposición.