La defensa en el deporte

Y en esto es obligado subrayar que si bien se tiende a comparar y a advertir las situaciones especiales de los deportistas en cuanto a sueldos o jornadas laborales, no es comparable en ningún caso lo que ha de venir -en clave económica- para un futbolista, cuya hoja de servicios haya desarrollado en Primera División, quizás parte en Segunda, que para un atleta -salvo contadísimas excepciones-, o tampoco es el mismo devenir el del piloto de Fórmula Uno, que el del judoka... Tampoco suelen ser las mismas situaciones las de la vida deportiva de un hombre y la de una mujer.

Se hace necesaria desde los inicios de una etapa en el mundo del deporte, durante su desarrollo o ya en los momentos finales, la figura de un especialista en la defensa de sus derechos. Rosario Sevillano Álvarez (Valencia, 24/10/1978), abogada y especialista en jurisprudencia deportiva, desarrolla su labor como asesora legal en un mundo en el que reconoce que «nunca me he encontrado con otra mujer abogada que lleve la misma materia. Seguro que las habrá. No he tenido nunca que mediar, lidiar con otra compañera al respecto de situaciones jurídicas sobre deportistas», al tiempo que asegura que «no he tenido ningún problema por ser mujer. Siempre he recibido un buen tratamiento, me han respetado».

La asesora legal, cuyo despacho gestiona en el 95% de los casos a clientes futbolistas, hace en todo caso una defensa apasionada por la protección de los deportistas. Considera que «en los ámbitos que se pueda, hay que proteger a toda costa al deportista

profesional. Siempre están desprotegidos. Tampoco hay una preocupación por cambiar la legislación y hay que tener en cuenta que el deporte cambia constantemente y rápidamente. Y las circunstancias de hoy ya no son las del los 80 cuando se aprobó el Real Decreto 1006 -de 26 de junio de 1985, que regula la relación laboral de los deportistas profesionales-».

Sevillano puntualiza que «la regulación del ámbito social o civil para los deportistas en ese Real Decreto está obsoleto». Se toma como base el Estatuto de los Trabajadores y decide a partir de ahí un juez ante situaciones de conflicto, pero la letrada matiza que «existen situaciones especiales» y «no se puede aplicar de una forma taxativa».

Existe un convenio en el fútbol, sin embargo hay muchos deportes en los que no se da regulación al respecto. Más desprotección. Como sucede en el ámbito de las cotizaciones. Un deportista puede haber desarrollado una carrera durante quince o veinte años y luego encontrarse el duro momento de haber cotizado sólo dos o tres. El golpe puede ser menos duro, o inexistente, en casos de disciplinas en las que se manejan cantidades altas y además se gestionan con diligencia. Pero el problema es mayúsculo en los casos en los que el deportista, aún dedicando y respondiendo a altísimas exigencias, practican deportes maltratados en lo económico.

Rosario Sevillano aconseja a los deportistas que «deben preocuparse por saber, interesarse, asesorarse de las condiciones contractuales en las que se mueven. Son contratos privados entre partes y contratos laborales ‘especiales’».