Los tres años de injerencias de Artur Mas hacia la Comunidad Valenciana

La salida del tripartito del Ejecutivo catalán hace tres años fue percibida desde la Comunidad Valenciana –especialmente en las altas esferas empresariales y políticas– como la oportunidad para recomponer relaciones con Cataluña. De hecho, la Comunidad Valenciana es la principal proveedora española de los bienes y servicios que adquiere Cataluña y el tercer destino nacional de las exportaciones de las empresas catalanas. Con todo, el saldo todavía resulta favorable para los intereses de Cataluña, con más de 1.500 millones anuales de superávit en la balanza comercial con la Comunidad Valenciana.

En esta línea, la colaboración en materia de infraestructuras, cristalizada en un frente común para reivindicar la ejecución del Corredor Mediterráneo, vaticinaba una nueva etapa de entendimiento, hasta el punto de que ambos Ejecutivos llegaron a acordar la reciprocidad de las emisiones de sus respectivas televisiones autonómicas, antes del cierre de RTVV.

Sin embargo, la deriva soberanista de Artur Mas ha pesado más que los intereses comunes entre las dos autonomías vecinas y, lejos de marcas distancias con sus antecesores del triparto, el Gobierno de CiU ha redoblado sus injerencias políticas en su afán de extender, aunque fuera contra natura, sus teorías secesionistas a la Comunidad Valenciana.

El Ejecutivo catalán, con Mas a la cabeza, dio su visto bueno a que la cadena independentista convocada el pasado 11 de septiembre transcurriera más allá de los límites geográficos de Cataluña y se introdujera en la provincia de Castellón. Acció Cultural del País Valencià (ACPV), la entidad que coordinó la celebración de la marcha a su paso por la localidad de Vinaroz, es una de las principales receptoras de ayudas públicas procedentes de la Generalitat de Cataluña.

El trato preferente que dispensa el Gobierno de Mas a ACPV (principal promotor del catalanismo en la Comunidad Valenciana) quedó reflejado en el Diario Oficial de la Generalitat de Cataluña (DOGC) del 23 de febrero. El Ejecutivo de CiU acordó entonces abonar más de 715.000 euros en concepto de la cuota anual de la hipoteca de la lujosa sede de ACPV en el histórico edificio «El Siglo», en pleno centro de Valencia.

Ayudas del DOGC

Promoción del catalán en la Comunidad

El DOGC, de hecho, se ha convertido en el principal instrumento empleado por CiU -una formación sin presencia en la Comunidad Valenciana a diferencia de ERC o la CUP- para extender sus tesis catalanistas. La pasada semana llegaba una nuevo goteo de ayudas por 142.000 euros a entidades con sede en la región que se suman a los millones de euros abonados desde el comienzo de la legislatura.

TV3 como emblema

Sin respeto a las señas de identidad

A pesar de que los gobiernos de Mas y de Alberto Fabra llegaron a alcanzar un entendimiento para la reciprocidad de TV3 y Canal 9, el Gobierno catalán incumplió el acuerdo desde el primer minuto. De hecho, la televisión de Cataluña sigue sin respetar la denominación oficial de Comunidad Valenciana que establece el Estatuto de Autonomía y continúa agrupando a la región, junto a Baleares y la propia Cataluña, en unos virtuales «Países Catalanes».

El pacto roto de la F-1

Compromiso incumplido

Al margen del desacuerdo respecto a la reciprocidad de las televisiones autonómicas, Artur Mas faltó a la palabra dada a Alberto Fabra . El presidente catalán se había comprometido verbalmente a alternar las pruebas de la Fórmula Uno entre los circuitos de Montmeló y Valencia. Una solución que permitía ahorrar costes y que garantizaba la continuidad de la competición en ambas regiones. Sin embargo, Mas, quien llegó a proclamar en público el acuerdo con Fabra, se echó para atrás. Una decisión que acabó precipitando los acontecimientos y que dejó a Valencia sin la prueba de Fórmula Uno.

El simposio del odio

La última afrenta

La declaración soberanista suscrita en el Parlamento catalán que dio paso al anuncio de la consulta conocida esta semana introdujo por primera vez a la Comunidad Valenciana en el «proceso». Así, tanto ERC como la CUP mostraron su voluntad de sumar a la región a la deriva secesionista . Algunos documentos internos de CiU también aputaban al mismo sentido, aunque oficialmente Mas siempre había mantenido las distancias respecto a la Comunidad Valenciana.

Sin embargo, el Departamento de Presidencia de la Generalitat de Cataluña decidió incluir a la Comunidad Valenciana en el simposio independentista celebrado la pasada semana, denunciado ante la Fiscalía por el PP, UPyD y Ciudadanos por su «incitación al odio hacia España».

El Gobierno catalán, en este sentido, introdujo en el congreso una ponencia bajo el título «España contra el País Valenciano» , que provocó la reacción del Consell, que reclamó a Artur Mas «respeto hacia la identidad de los valencianos».