Una conductora ebria que causó dos muertes dice que bebió dos tercios y que iba despacio

En el juicio que se ha seguido hoy en el Juzgado Penal número 7 de Valencia, la mujer, de 25 años, ha afirmado que sufre amnesia postraumática y "no se explica" cómo tuvo lugar el trágico accidente, dado que iba a una velocidad "prudente" , ni cómo los análisis de alcoholemia dieron positivo.

En una vista en la que la jueza no ha autorizado que los medios de comunicación tomen imágenes de la acusada, como así lo ha solicitado ésta, la mujer ha asegurado que conduce "bien" y no se salta semáforos "en plan loca", y ha manifestado que no vio salir el coche contra el que chocó.

El siniestro tuvo lugar sobre las 23.30 horas del 16 de noviembre de 2010, cuando Blanca G.S., estudiante de cocina de 22 años por entonces y con carné de conducir desde hacía 11 meses, circulaba por la avenida Blasco Ibáñez de Valencia.

Según la fiscal, la joven lo hacía bajo los efectos del alcohol y a "excesiva velocidad", rebasando en un primer tramo hasta seis semáforos en rojo.

En esta situación, "sin respetar las más elementales normas de cuidado y atención en la conducción" y "pese a observar que otros vehículos detenían su marcha", rebasó otro semáforo en rojo y, al llegar al cruce de la calle Doctor Gómez Ferrer con Blasco Ibáñez, no respetó un último semáforo y colisionó contra un vehículo con tres ocupantes.

El conductor del turismo embestido resultó policontusionado y sufrió un traumatismo abdominal, mientras que un joven de 28 años que iba de copiloto y una chica de 34 que viajaba en el asiento trasero izquierdo fallecieron.

Mientras era atendida en el Hospital Clínico de heridas leves , practicaron a la acusada la prueba de alcoholemia, dando un resultado de 0,35 miligramos de alcohol por litro de aire espirado, y una extracción de sangre, que dio 1,10 gramos de alcohol etílico por litro de sangre, sobrepasando en ambos casos lo permitido para los conductores noveles (0,15 y 0,3, respectivamente).

La fiscal solicita para la chica una condena de cuatro años de prisión y seis de retirada del carné de conducir por un delito de conducción con temeridad manifiesta y dos de homicidio por imprudencia grave, y que indemnice con 125.000 euros a cada una de las familias de los fallecidos y con 15.500 euros a una tercera persona que resultó herida.

Una de las tres acusaciones eleva a 5 años su petición de condena mientras que el resto coincide con la Fiscalía , y la defensas -la acusada, su padre (responsable civil subsidiario por ser el propietario del coche accidentado) y la aseguradora- reclaman su absolución.

El siniestro mortal se juzga tres años después de que sucediera y de intensas negociaciones que las partes han mantenido hasta ayer mismo con el fin de alcanzar un acuerdo que rebajara la pena de prisión, ajustara las indemnizaciones e incluyera la obligación de la acusada de "pedir perdón por el daño causado" a las familias de las víctimas, según han apuntado a EFE fuentes judiciales.

L a defensa de la procesada sostiene que los semáforos que supuestamente se saltó están mal sincronizados , algo que explicaría la "alta siniestralidad registrada en el punto" donde tuvo lugar el accidente, y que la prueba con extracción de sangre se obtuvo mediante coacciones y amenazas, por lo que podría no ser válida.

Por su parte, las diferentes acusaciones han destacado asimismo que había una botella de güisqui vacía en el coche de la acusada -ella ha dicho que es de su hermano-, que conducía a más velocidad de la permitida -"el impacto fue brutal, desplazando una decena de metros al coche que embistió"- y que su coche, que quedó volcado en la calzada, tenía "la cuarta marcha puesta".