Lalo García ya es leyenda

Cada aficionado que ha accedido al recinto deportivo que acogió las mejores gestas de Lalo García ha respirado un ambiente de recuerdo, plasmado en detalles como la presencia en el centro de la cancha de la camiseta retirada por el club en 2004, en reconocimiento a la trayectoria del capitán, hallado muerto el pasado martes tras permanecer desaparecido desde el 4 de marzo.

También los jugadores del MyWigo Valladolid, que se enfrentaban al Força Lleida, han vestido camisetas con el número 5 y el nombre de Lalo en la ronda de calentamiento previa al partido, que ha arrancado con un minuto de silencio y las banderas a media asta.

El club ha querido celebrar un acto sencillo pero cargado de emoción en homenaje al eterno capitán, a ese gran jugador que jamás abandonó el equipo de su ciudad, a pesar de contar con suculentas ofertas, y que lo dio todo en cada partido, protagonizado por familiares y amigos de Lalo García y la plantilla del Mywigo Valladolid, informa Efe.

Los más cercanos al exjugador, comandados por su hijo Álvaro, han recogido su camiseta del centro de la pista y la han vuelto a colocar en el lugar que merece, en lo más alto del pabellón, ante el aplauso y la entrega de los 2.000 aficionados que hoy se han dado cita en el pabellón Pisuerga.

Ha sido un aplauso eterno, de cinco minutos de duración, para el perpetuo capitán al que ha acompañado la entrega de una camiseta de manos de los canteranos del equipo, Daniel Manchón, Iván Martínez, Sergio de la Fuente y Jonathan Arranz, al hijo de Lalo García, mientras que el actual capitán del equipo, Román Montañez, ha dado un ramo de flores a la madre del exjugador, Montse Téllez.

Familiares y amigos íntimos de Lalo García han presenciado en primera fila el partido del Mywigo ante el Lleida, que ha estado protagonizado por una gran emoción que se avivó con la victoria vallisoletana por 72-68, la cual han dedicado a Lalo García.

Al finalizar el encuentro, todos los jugadores del Mywigo han ido a abrazar a los familiares del gran capitán y han situado a su hijo en el centro del círculo que realizan siempre al terminar los partidos para lanzar junto a él el grito de guerra: «Pucela», también dedicado a la memoria de su padre.