Multitudinario «Encuentro» en León

Alrededor de las 8.30 horas de este viernes hizo su entrada en la plaza Mayor el primero de los pasos de la procesión, que partió con puntualidad casi británica desde la iglesia de Santa Nonia. Durante algo más de una hora, los 13 pasos que forman parte de esta procesión se fueron acomodando en el interior de la plaza, entre la gente que poco a poco iba congregándose a la espera del momento más esperado, el del encuentro entre San Juan y la Dolorosa ante la mirada del Nazareno.

El tiempo en esta ocasión respetó al que está considerado como acto central de la Semana Santa leonesa, con una temperatura fría a primera hora pero que fue en aumento a medida que avanzaba la jornada. Los fieles se dieron cita, como es habitual, desde primera hora de la mañana, para coger el mejor sitio desde el que poder ver «El Encuentro». Algunos de los más madrugadores apuntaban a las cinco y media como la hora de llegada, unos después de un gran «madrugón» y otros, los más jóvenes, después de prolongar una noche de fiesta, no sólo para seguir el acto, incluso para reservar sitio para sus familias en esas posiciones privilegiadas.

También desde los balcones del Ayuntamiento de la plaza Mayor y desde las gradas instaladas pudieron seguir «El Encuentro» los más privilegiados, algo que hizo que el Consistorio recibiera este año más de 1.000 peticiones para optar a uno de los puestos del sorteo que da la posibilidad de acceder a uno de los balcones, algo que pudieron disfrutar los diez ganadores con sus acompañantes.

Paulino y Pilar fueron unos de los «privilegiados» en presenciar «El Encuentro» sentados en uno de los balcones del primer piso del Ayuntamiento. «Tenemos delante a lo más bonito de León, el Nazareno, es emocionante», decía Pilar. Paulino relató cómo su hijo, bracero en la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, fue quien les presentó a este sorteo gracias al cual pueden ver la procesión «como nunca», por lo que recomendó a cualquier persona que no haya asistido a verla «que no se lo pierda, porque es maravilloso y emocionante». Jaime y Lucía se situaban en un balcón próximo y se encontraban sin palabras ante la procesión que se aproximaba al ritmo de los tambores y las cornetas.

Tras el emocionante encuentro entre los pasos y una vez que los braceros pusieron rodilla en tierra y el baile de los pasos como símbolo de alegría, dio paso a un merecido descanso de los integrantes de la procesión antes de proseguir el recorrido por toda la ciudad de León y poner fin al trayecto en el punto de origen, la iglesia de Santa Nonia, después de casi ocho horas.