cultura
Doce miradas actuales a la «contemporaneidad» del Greco
La luz, los paisajes o la religión del artista inspiran a Cristina Iglesias, Gordillo o Marina Ñúñez en esta muestra vallisoletana
h.díaz
El universo del Greco, el color y la luz que envuelven sus obras, su concepto de la religión, la composición de sus pinturas o sus inquietantes retratos inspiran a una docena de creadores contemporáneos que, de alguna u otra forma, se han sentido atraídos a ... lo largo de su trayectoria artística por el discurso establecido años atrás por el autor de «El entierro del Conde Orgaz». A través de sus trabajos, Cristina Iglesias, Luis Gordillo, Joan Fontcuberta, José Manuel Broto, Jorge Galindo, Pierre Gonnord, Carlos León, Din Matamoro, Marina Núñez, Pablo Reinoso, Montserrat Soto y Darío Villalba entablan un diálogo con los doce lienzos del «Apostolado del marqués San Feliz», uno de los tres atribuidos al artista cretense (y a su taller) y que han viajado hasta el Museo Nacional de Escultura de Valladolid -propietaria del conjunto- desde el Museo de Bellas Artes de Asturias, en Oviedo.
La muestra, titulada «Entre el Cielo y la Tierra, doce miradas al Greco contemporáneo» , forma parte de las actividades de la Fundación El Greco para conmemorar el cuarto centenario del fallecimiento del pintor que, según recordó el del director general de Bellas Artes, Jesús Prieto, resucitó «artística e intelectualmente» hace cien años de la mano de la Generación del 14 y cuya obra mantiene hoy una «inmensa vitalidad». «Toda pintura contemporánea tiene su origen en El Greco», sostuvo el representante institucional, que calificó a Doménikos Theotokópoulos como «un artista transgresor», recordando a su vez que Manuel Bartolomé Cossío percibió en su obra «la gran expresión del alma castellana».
La belleza y la política
Al igual que se fijaron en él Picasso, Cézanne o Pollock, la «contemporaneidad» de sus lienzos pese al paso del tiempo sigue atrayendo a los actuales artistas, sobre los que tiene una «profunda influencia».
Una explosión de luz y color recibe al visitante en esta muestra. Los «responsables» de tal fiesta son los lienzos de Din Matamoro y Carlos León. «El Greco ocupa para mí un lugar muy especial en la historia de la pintura», señaló este último artista, quien confesó su obsesión por «El cardenal don Fernando Niño de Guevara», que exhibe el Metropolitan. En su tríptico intenta reinterpretar nociones como «la belleza, la política y la existencia». Son dos de los trabajos creados ex profeso para la muestra. Los otros son los de Secundino Hernández, Pablo Reinoso, José Manuel Broto y Marina Núñez. La palentina recrea en clave futurista su obra «Vida y obra de Toledo».
Las doce piezas del «Apostolado» que envuelven la obra de Luis Gordillo, «Sagrado Corazón de Jesús», es el centro neurálgico de la exhibición. Frente al trabajo del sevillano se sitúa la escultura en madera «Laocoonte», del bonaerense Pablo Reinoso. Le suceden, entre otras obras, la instalación de Cristina Iglesias (la pieza más antigua de las exhibidas -1991-) y los poderosos retratos fotográficos, casi pinturas, de Pierre Gonnord. Completa la muestra la obra «semiescondida» de Joan Fontcuberta, que recurre a uno de los lienzos más populares del artista, «El caballero de la mano en el pecho» para invitar al espectador, a modo de juego, a «encontrar» las diferencias que alteran la obra. La muestra se podrá ver hasta el 3 de agosto, y luego viajará a la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, en Madrid.
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