«Sentirse español no es incompatible con una administración propia»

-No sé si diferente, pero sí que estoy convencido del modelo autonómico. Sí que es verdad que en Castilla y León, con nuestras peculiaridades, no tenemos esa identidad propia de otras, pero sí estoy muy identificado. Creo que, además, la crisis está sirviendo para esto, para que la gente vea a la Junta. Antes, tenías un problema con el médico y protestabas en el Gobierno.

-¿Concibe Castilla y León sin ser una autonomía?

-No. Eso sí que es verdad que sea más de mi época. Yo me he acostumbrado a hablar de comunidades autónomas y no lo concibo.

-¿Y cree que su generación también tiene esa visión?

-Hay de todo. Ha influido la crisis y que ha habido mucho despilfarro, pero creo que la gente sí que lo percibe como positivo la cercanía que da tener los servicios más próximos. Cuando hay despilfarro, no es por las comunidades en sí, si no por quienes las gestionan.

-Hay quien las pone en cuestión y critica. ¿Usted está firmemente convencido de las bondades?

-Sí. Sí. Yo soy de Burgos, y cuando todo está centralizado es más difícil que llegue a las provincias. En ese sentido es útil que la gente sienta más próxima la institución.

-¿Sería posible volver a diseñar el mapa de las autonomías ahora?

-O hacemos algo, o con la fuerza de los hechos con Cataluña vamos a tener un problema. No se puede estar en el inmovilismo.

-Se dice que falta sentimiento de Comunidad en Castilla y León. ¿Como se podría mejorar?

-No es que falte. ¿Qué identidad tenemos en Castilla y León? Pues española. Es una cosa de perogrullo. Y no es nada malo. Un castellano y leonés se siente español. Así de simple. Es nuestra identidad. Lo que no es incompatible con tener una administración propia. El no tener una identidad no quita que la gente identifique la prestación de servicios. Nuestra identidad sería en torno a que esa administración nos preste servicios. Creo que ese tiene que ser nuestro discurso, no inventarnos cosas que no existen.

-¿Pero echa de menos ese sentimiento que pueden tener gallegos, vascos o catalanes?

-No. Creo que las comunidades deben servir para englobar los servicios. Algunas se articulan en torno a una identidad más apegada como Cataluña o Euskadi y otras, no, y nos agrupamos por cuestiones históricas y nos tenemos que poner de acuerdo para tener unos servicios más próximos. Me cuesta ver qué identidad podemos tener diferente de la general de España.

-¿Considera que se han asumido muchas competencias por parte de las autonomías?

-En algunos casos puede ser. Nos hemos empeñado en hacer todos lo mismo y quizá no era posible.

-¿Apostaría por devolver alguna al Estado?

-No. Hace falta una buena financiación. No creo que la solución sea revertirlas al Estado, pero tampoco coger más de las que se puedan asumir.

-¿Y cómo está Castilla y León?

-Aquí creo que se ha sido prudente. El Estatuto contempla, por ejemplo, la policía autonómica, pero no se ha desarrollado y me parece acertado.

-El martes se celebra el aniversario del Estatuto. ¿Es una fecha suficientemente conocida?

-No. Precisamente quizá por esa falta de sentimiento. Yo hasta esta legislatura no he visto que la gente identifique bien lo que es la Junta de Castilla y León. Habrá que hacer un esfuerzo por conocerla, no por cuestiones identitarias, sino de puro conocimiento de donde uno vive.

-¿Faltan jóvenes en la política o hay que tener unos años para esto?

-Hay que poner mucho esfuerzo y valor. Siendo joven es difícil porque por el camino siempre se dejan muchas cosas. Pero sí que apuesto por la incorporación de jóvenes.

-¿Por qué es más difícil?

-Porque normalmente de joven no tienes una trayectoria profesional consolidada, estás estudiando... Estás desarrollando tu proyecto vital junto con una cosa tan apasionante y absorvente como la política.

-¿Qué aporta la visión de un joven?

-Tenemos que aportar la visión de futuro, que empieza a ser nuestro y tendremos algo que decir en el diseño.