El chef Alberto Chicote: «No me arrepiento de nada de lo que hice»

Chicote ha detallado que cuando él empezó en la gastronomía, «hace más de 28 años», de la mano de la Escuela de Hostelería de Madrid, la situación era más «difícil» que ahora y recordó que la primera vez que accedió a un libro de cocina japonesa en inglés, le pareció algo «mágico». En cambio ahora, ha añadido, «los referentes están muy cerca».

Sobre su programa, «Pesadilla en la cocina», ha asegurado que no se «arrepiente de nada» de lo dicho o hecho en las distintas ediciones del «realitie show» que emite La Sexta, a la que le quedan dos ediciones para terminar la temporada. Cree que el «secreto» de su éxito -alguna emisión ha superado el 15% de audiencia, con más de tres millones de espectadores- se debe a la «voluntad» de todo el equipo para «echar una mano» a los restaurantes en los que se ha trabajado. El chef ha recordado que el programa ya tenía una versión americana de gran seguimiento, pero «faltaba que se encontrase un formato o una adaptación española, con restaurantes de aquí, que son más cercanos, donde se puedan reconocer los espacios y al propio protagonista».

Alberto Chicote también se ha referido al afán por innovar y al respecto ha hecho una encendida defensa de la gastronomía tradicional . «Me da mucha rabia que sólamente se de aire, alas y fuerza a gente que son cocineros "creativos"», ha destacado, ya que, a juicio del chef, «hay mucha gente que entiende que el trabajo de cocina es creativo por necesidad, cuando no es cierto». En este sentido, ha advertido que hay gente que está haciendo «un grandísimo trabajo» sin crear nada. Solamente realizando las cosas a la perfección en base a la repetición, gusto, dedicación, cariño y esfuerzo». «Si un tipo, por ser innovador, se va a cargar lo de siempre, pues lo mejor es abrir la puerta del horno y meterle a él dentro», ha bromeado ante los 38 alumnos de la segunda promoción de la Escuela Internacional de Cocina . A veces, ha concluido, no nos acordamos de «ensalzar a los cocineros que ejecutan perfectamente las cosas un día tras otro para que no se olviden, y gracias a ellos perduran».