Formación Profesional para el empleo

La FP es una senda que han elegido muchos de ellos para poder mejorar su futuro profesional. Según el director general de Formación Profesional y Régimen Especial de la Junta de Castilla y León, Enrique de la Torre, pese a que «no está cuantificado, sí está detectado que hay bastantes alumnos que regresan a estudiar por la vía de la FP» y cita una conversación reciente que tuvo con un alumno de estos estudios «que había dejado el Bachillerato y había ido a la construcción porque era un dinero fácil de conseguir; ahora se ha demostrado que lo importante es la cualificación y ha regresado a los estudios». No en vano, la matrícula ha crecido desde los 26.987 alumnos del curso 2006-2007 hasta la cifra última de que disponía la Consejería de Educación a finales de octubre: 35.238 alumnos, repartidos entre los 186 centros de la Comunidad.

Incremento de matrícula

Quien comparte este diagnóstico sobre el retorno a las aulas es el director del CIFP Juan de Herrera de Valladolid, Carlos Polanco , que asegura que «se ha notado un incremento de matrícula; los chicos están interesados en formarse más» porque «cuando el empleo era fácil, muchos alumnos se incorporaban a un trabajo sin acabar los estudios y esos ahora tienen más dificultades que los que se titularon y que por ello tuvieron opciones de trabajo más estables a largo plazo».

Esa idea de prepararse mejor y buscar aquellos estudios que más se adaptan a los intereses profesionales de cada uno también se trasluce en las palabras de otro alumno del «Juan de Herrera», Jorge García Ibáñez, de 17 años. Confiesa que no le gustaba estudiar Enseñanza Secundario Obligatoria y que su padre le animó «a seguir estudiando para un oficio al que él también se dedica» en la rama mecánica y «porque la FP tiene bastantes salidas» en el mercado laboral. De hecho, casi todos sus amigos, cuenta, «están estudiando en FP».

En un panorama crítico para el empleo y con una tasa de abandono escolar temprano elevada, la FP se convierte en una herramienta importante para dar una salida a los jóvenes que dejaron de estudiar antes de acabar la ESO y ahora no encuentran empleo. En este sentido, Enrique de la Torre sostiene que «nosotros no acabamos con el paro, porque nuestra misión no es esa, pero podemos contribuir a mejorar la empleabilidad de los alumnos y a reducir el abandono escolar temprano, que es un drama». «Lo importante es que los alumnos adquieran una buena cualificación que les permita cumplir con las expectativas que tienen las empresas» añade, para comentar después que «tenemos que cualificar a los jóvenes porque la foto fija de España es la de un país con bastantes universitarios por arriba, bastantes personas no cualificadas por abajo y en medio, donde está la FP, muy pocos titulados», lo contrario de lo que sucede en países europeos con menores tasas de desempleo.

A esta reflexión se añade la de la directora del CIFP Río Ebro de Mirada de Ebro (Burgos), María Natividad Es teban, quien afirma que «el abandono escolar temprano y el fracaso escolar no son un problema sólo derivado del sistema educativo sino también del sistema productivo: había un «boom» económico y un chico de 17 años ganaba más que un titulado universitario, y ahora vemos que esos chicos con baja cualificación retornan a la formación y una de las vías que más se adaptan a esa necesidad es la FP».

Todos los responsables educativos y de los centros consultados insisten en que la imagen de estos estudios ha mejorado en la sociedad, como sostiene Esteban cuando dice que «ha costado mucho tiempo, pero ya está muy encauzada esa idea de que es una formación muy válida y no el patito feo de la enseñanza, pero nos queda camino por hacer». En este punto, completa la reflexión Carlos Polanco, quien explica que «aún muchas familias siguen pensando que la primera opción para sus hijos es una carrera universitaria; es interesante que ésa sea una opción, pero también tiene que haber una inquietud importante por la Formación Profesional».

Cambio de modelo

En este sentido, los cambios se están produciendo. El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera , insistía en la apertura del curso en estos estudios en la importancia de esa dignificación de los mismos, porque también «es la enseñanza más próxima al mundo productivo» en un momento de «larga y profunda crisis económica» y «una de las bases principales para construir una alternativa estable y humana al modelo de crecimiento que ha fracasado».

En este sentido, mucho se ha avanzado ya con programas como el Cicerón, a través del cual 17.359 empresas tienen acuerdos en vigor con 373 centros educativos y ofrecen 77.000 plazas para las prácticas de alumnos; o con las Aulas-empresa, una iniciativa propia de Castilla y León implantada en 6 centros el curso pasado -en colaboración con 118 empresas- y que este se extenderá a 17 más en todas las provincias en el actual.

Pero también se han dado los primeros pasos hacia la denominada FP Dual, un modelo inspirado en la formación alemana, cuyas bases fueron aprobadas mediante el Real Decreto del Consejo de Ministros el pasado 8 de noviembre y que también desarrolla el contrato para la formación y el aprendizaje, a propuesta de los Ministerios de Empleo y Seguridad Social y de Educación, Cultura y Deporte. Con esta novedad, que ya ha sido contestada desde varios sindicatos y asociaciones de padres porque consideran que creará mano de obra barata y contratos basura -algo desmentido desde el Gobierno-, los alumnos recibirán en las empresas al menos un 33 % de las horas de formación de la FP dual, de acuerdo con lo que establezcan los convenios de colaboración entre ellas y los centros educativos, y según las normas que fijen las autonomías, que serán las que supervisarán los proyectos.

En Castilla y León ya se han desarrollado varias experiencias piloto de esta formación el curso pasado en el Centro Integrado de FP de Miranda de Ebro, y en el Centro Integrado «Juan de Herrera». Precisamente el director de este centro opinaba antes de publicarse este Real Decreto, que «quizá en España no pueda ser como entendemos que se está realizando en otros países como Alemania», pero cree que «es factible». De hecho, el curso pasado, alumnos de 2º curso de este centro disponían de una hora diaria de formación en dos empresas -TRW y Renault- durante un tiempo que oscilaba entre los 3 y los 5 meses en los dos últimos trimestres y a cambio también esos alumnos recibían de las empresas el abono de los gastos de transporte.

«Experiencia inmejorable»

Polanco dice que la experiencia ha sido «inmejorable», pero que «lo difícil» también ha sido «encontrar empresas que quieran completar esta formación porque en el momento actual hay muchas empresas que están con regulaciones de empleo» e incide su nivel de actividad y que esta sea «suficiente para que los alumnos puedan hacer prácticas en ellas». Aún así, desde este centro vallisoletano están decididos a ampliar esta experiencia con más empresas todo lo que sea posible.

También Natividad Esteban compara las posibilidades de este modelo con el de Alemania, «donde la empresa es la responsable del mayor porcentaje de formación». «Hay unas competencias transversales que no se verían igual en la empresa, que es necesario que se mantengan en los centros», dice, para añadir que por ello, «es un proyecto nuevo que puede ser interesante siempre que no se desvincule la formación de los centros educativos y estos conserven ese mayor porcentaje».