Las CCAA más turísticas lideran el crecimiento económico

En total han sido seis las comunidades autónomas que crecieron por encima de dicha media: Baleares y Valencia que lo hicieron con un 3,4 % seguidas de Cataluña con un 3,1 %, La Rioja 3 %, Canarias y Madrid con el 2,7 %; destacando entre estas últimas comunidades Canarias que, además de acelerar su economía con un repunte al alza de un 3,1 % del PIB, superando de forma significativa la propia estimación y el propio crecimiento español en cuatro décimas y el de la comunidad europea fijado en el 1,4 %, ha sido el destino español que más turistas recibió en dicho primer trimestre, con más de tres millones, seguido de la comunidad catalana.

El propio Instituto Canario de Estadística confirma que el archipiélago canario avanza a un ritmo mayor que el conjunto de las regiones españolas, afianzando, por tanto, la recuperación económica a un ritmo superior al del resto del Estado. Estos datos son no sólo positivos, que lo son, sino esperanzadores porque conforman la base para un aumento del empleo. De hecho, sólo el sector hostelero y el de la restauración —cuya actividad registró un crecimiento de más de un 3 % en el último año—, prevén crear en el periodo 2015-2016 más de un millón de puestos de trabajo.

En Canarias, y si exceptuamos el sector primario que tuvo un retroceso de casi cinco puntos, todos los demás sectores experimentaron tasas de variación positivas; liderando dicho aumento un sector como la construcción que muchos creíamos hundido para mucho tiempo y que, sin embargo, y gracias a la obra pública a la restauración de infraestructuras y al mantenimiento de la planta alojativa, se ha situado en un 3,5 %, seguido del sector servicios con un 3,2 % y de la industria con un 2,8 %.

Pero de lo que no cabe la menor duda es que en Canarias el sector turístico es el que está tirando de la economía y, si bien es cierto que la tasa de paro sigue siendo inasumible, la falta de planificación y de diversificación de los demás sectores – la industria apenas si repunta y la agricultura y la ganadería siguen siendo meramente testimoniales-, ha hecho que depositemos en el turismo toda las esperanzas para salir de esta crisis o, al menos, para que nos afecte lo menos posible; siempre y cuando sigamos en racha –otros dirían suerte-, de que la competencia siga en horas bajas debido a la inseguridad que provoca la incertidumbre de los conflictos políticos, bélicos y no digamos ya terroristas de los destinos turísticos que hasta hará pocas fechas eran nuestros competidores directos.

No obstante, no estaría de más que para que nuestras empresas turísticas sigan siendo competitivas se pudieran resolver algunas peticiones que viene haciendo el sector desde hace tiempo y que pasarían por facilitar los aspectos técnicos necesarios para que las empresas turísticas puedan beneficiarse de los distintos incentivos económicos regionales; la regulación lo más clara, uniforme y ecuánime posible de las viviendas de uso turístico – y no lo que ha hecho el gobierno canario que a nadie satisface y que lo único que ha logrado es crear una polémica innecesaria y a todas luces perjudicial para nuestra imagen turística-; y, por último, de que se siga investigando por parte de la Comisión Europea las cláusulas de paridad de precios de los portales de comercialización en relación a la distribución hotelera.