motu proprio
Cuatro años más
Y, ya llegados a esa altura, Rivero tendrá más que garantizada la tercera candidatura, sin nadie que le tosa
bernardo sagastume
SI hay algo en lo que no pensaba Paulino Rivero el lunes y los días previos es en el petróleo. Su jugada («magistral» para los más obsecuentes) tiene el indudable mérito de marcar una vez más los tiempos políticos en las Islas, como demostración de ... que casi todos a su lado parecen unos principiantes. Y aunque ahora se debata la pertinencia o no de la consulta sobre los sondeos de la «multinacional» o se dedique mucho cacareo parlamentario a tramitarla, lo cierto es que solo cabe una lectura en clave interna de Coalición Canaria. Es decir, una lectura que no obvie que con todo esto el presidente isleño conseguirá seguramente el oxígeno que le faltaba para llegar a la única meta que le preocupa, la de su propia supervivencia. Esa que le garantizará una nueva candidatura el año próximo y, si no se tuercen imprevistamente las cosas, otros cuatro años más al frente del artefacto autonómico.
Si hay algo en lo que sí pensaba Paulino Rivero cuando daba a conocer su improbable consulta popular es en la cara de quienes le discuten la primacía dentro de Coalición Canaria. Una vez más, se les ha adelantado y los deja sin reacción. ¿O acaso alguien en su partido se ha quejado públicamente de que no haya consultado a la dirigencia antes de tomar esta decisión? Hay silencios incómodos, como cucharadas de aceite de ricino con las que purgar las amarguras, en varios de los que quieren convencer y convencerse, cada vez con mayor dificultad, de que van a poder poner freno a un tercer mandato consecutivo.
Mientras tanto, mientras lo digieren, el tiempo irá pasando, se buscarán los momentos más convenientes para estirar el chicle solo hasta donde se desea y para someter esta ocurrencia al único «no» del que tendremos total certeza. Será entonces cuando se apelará al más que previsible papel de víctima para presentar todo como una nueva afrenta del Gobierno de España, que no deja a los canarios opinar sobre el asunto. Y, ya llegados a esa altura, Rivero tendrá más que garantizada la tercera candidatura, sin nadie que le tosa. El plan es claro y de fácil ejecución, pero tiene en su favor la enorme diferencia que hay entre él y sus rivales.
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