Willy García, el hombre que hace la televisión que le gusta a Paulino Rivero
El director de la TV pública canaria mantiene una estrecha relación con el presidente isleño, que lo nombró en 2007
bernardo sagastume
De estilo decididamente populachero en su trayectoria previa, a nadie debería sorprender que la televisión que desde hace seis años conduce Guillermo «Willy» García (44 años) se regodease en el morbo de los sucesos y que exprimiese el sensacionalismo hasta el punto de ... emitir en horario infantil imágenes de un cuerpo descuartizado tras un choque en una autopista de Tenerife.
Los accidentes, robos y asesinatos son con frecuencia la apertura de los informativos, pero el mayor interés político está en lo que viene después de estas noticias: una imagen siempre positiva y un seguimiento al milímetro de la figura del presidente canario, Paulino Rivero, aquel que en 2007 designó a García al frente de su juguete preferido, la televisión pública isleña.
Al hacerse cargo de esta cadena, donde solo se contrata a quienes «hablen canario» —el acento peninsular está prohibido—, García tuvo en su discurso de aceptación del cargo unas palabras para su amigo Santi Falcón, al que públicamente le dijo : «Te propongo no dejar de contarle a la gente lo que le pasa a la gente». Falcón es el gerente de Doble Diez Canarias, la productora que daba trabajo a García en su etapa anterior en la misma televisión y la que ha resultado más beneficiada en la contratación de programas en estos últimos años. «Yo no tengo la culpa si mis am igos son los mejores» , se justificó García.
Doble Diez, que ya era proveedor de referencia de la casa, amplió notablemente su peso, al facturar decenas de millones de euros, lo que representa más de la mitad del gasto de programación sin contar el de los informativos.
Eran los años de la abundancia todavía, pese a que el lobo de la crisis ya enseñaba las orejas allá por 2007, y García se había comprometido a lograr «una televisión que se vea y una radio que se escuche». Porque fue también el momento para lanzar la radio autonómica, una emisora dotada de una infraestructura técnica que las privadas envidian —cubre las siete islas, con las dificultades que implica llevar la señal en una orografía como la canaria— y que en los últimos tiempos martillea con un eslogan : «La radio nacional de Canarias» , marca que incluso han registrado en la oficina de patentes y que una explícita molestia ha causado en los responsables de Radio Nacional de España.
Hombre de conocidos vaivenes anímicos, García se ha mantenido fuerte pese a las opiniones en contra, contando con el apoyo de su más importante valedor , Paulino Rivero, con el que despacha sin intermediarios. La desesperada reclamación del sector audiovisual canario al reclamar fair play en las contrataciones y las furibundas críticas políticas (antes del PSOE, hoy del PP) no parecen hacerle mella a ninguno de los dos. La de la crítica es una dimensión a la que el paulinismo ha sido siempre indiferente.
Cuando la opinión pública, ante el nombramiento, reclamaba que se diese a conocer su currículum, Rivero lo defendió con el argumento de que se había licenciado en «la universidad de la vida» , un apunte no desdeñable a la hora de establecer un estrecho vínculo personal, ya que el propio presidente canario es un hombre hecho a sí mismo, que aprendió a leer y escribir a los trece años.
En su carrera previa a ser nombrado director de la TV pública isleña, García había sido el DJ de los 40 Principales, el narrador de los partidos del CD Tenerife en su época de figuración europea y la garganta de la que cada año salía el anuncio más importante del carnaval chicharrero: «Santa Cruz ya tiene reina» .
Su paso por la televisión había estado marcado por la avidez de audiencia, aun si para esto fuese necesario recurrir al golpe bajo y las imágenes más fuertes. Al frente de «En primera persona», García reunía en el mismo programa reportajes sobre cómo se les pega a los indigentes en la calle, testimonios de escabrosas relaciones sexuales durante los carnavales y, para finalizar, videoclips eróticos «soft» de aspirantes a modelos.
Incluso fue capaz de preparar, pidiendo precios en una funeraria y preguntando sobre las tarifas de las esquelas, su propio entierro . El reportaje finalizaba con García metido en un ataúd y despidiéndose del público con gesto compungido, mientras sonaba el órgano de la Tocata y fuga en re menor, de Bach.
Esa tendencia a la necrofilia enlaza su figura con la de otro de los que han sido grandes beneficiarios de cómo se administra la televisión pública canaria, Rubén Fontes. El hoy jefe de Producción de la emisora tenía como principal ocupación, antes de entrar en la órbita de los medios de comunicación, el maquillaje de cadáveres .
Con titulación en este caso, dejó la tanatopraxia para montar una productora independiente que ofreciera el servicio de unidad móvil a las cadenas de TV nacionales. Más tarde, sus vinculaciones con Coalición Canaria (CC) le abrieron las puertas para conocer a Rivero, de la mano del que desembarcó en la TV Canaria. Allí, hoy se encarga de las costosas conexiones en directo y retransmisiones de exteriores , donde una de las más beneficiadas es Siete Mares, una empresa que creció en los últimos años a la sombra de la influencia de Fontes en el ente.
Rechazo multitudinario
Aunque su perfil bajo lo suele mantener al margen de reprobaciones públicas, lo cierto es que si no la figura de Willy García, al menos sí la TV pública es objeto de rechazo por parte de las multitudes, como ocurre cada vez que juega la UD Las Palmas, cuya hinchada siempre dedica unos minutos a cantar en contra de esa emisora que ve, como tantas personas en Gran Canaria, como parte de un poder político que controla todo el archipiélago, pero que reside en Tenerife. Es entonces cuando el viejo eslogan de «la nuestra» con que se promocionaba la señal se transforma en «la de ellos».
Quizá el caso que mejor retrata el desastre de gestión que ha sido todos estos años la TV pública isleña, según ha descrito en detalle la Audiencia de Cuentas , sea la contratación del fútbol . A través de un acuerdo con Mediapro, la señal autonómica emitía en las temporadas 2007 y 2008 un partido de liga cada fin de semana.
Por ello se pagaron diez millones de euros en total. La Audiencia habla de «ineficiencia» y de falta de racionalidad economómica en el uso de los recursos, de esta manera resulta como de difícil justificación que se contrate el mismo partido que de todos modos ya llegaría a las Islas a través de La Sexta . No hay siquiera, en el caso canario, la justificación de la lengua, que podría ser aplicable en el País Vasco o Cataluña.
Otro de los escándalos de la TV isleña que llegaron al Parlamento de Canarias —donde una vez García se atrincheró ocho horas para no enfrentar a sus trabajadores, que se manifestaban por fuera— fue el del programa «Plan 7», que motivó la amenaza de una diputada socialista de denunciarlo ante la fiscalía anticorrupción .
Como parte de un faraónico proyecto cultural nunca del todo definido llamado «Septenio», que abarcaba siete años, «Plan 7» se encargaría de difundir «el milagro cultural canario del siglo XXI» , según las propias palabras de García, que destinó más de un millón de euros al acuerdo con McKenzie Muzik, empresa de reciente creación que así debutaba en el mundo de los negocios con un suculento encargo.
«La gestión de la contratación no se ha ajustado, en general, a criterios de eficacia, eficiencia y economía», insiste la Audiencia de Cuentas, que detalla que el 77% de los casi 600 contratos suscritos en la TV Canaria, que suman en total 264 millones , «se formalizaron como privados y no sujetos a la normativa española sobre contratación en el ámbito del sector público».
El «oscurantismo y la falta de transparencia han sido el santo y seña en su gestión», señala una fuente parlamentaria del PP, que recuerda que García se negó a las reiteradas peticiones para conocer las retribuciones de los directivos de la cadena pública bajo el argumento de que se podría vulnerar la Ley de Protección de Datos.
«Tuvo que intervenir la Agencia Española de Protección de Datos para recordarle la prerrogativa de los parlamentarios y finalmente, a regañadientes, accedió a cumplir con su obligación», apunta.
Otro eje de las críticas al paso de Willy García por la TV Canaria se centra en los informativos, ya desde su mismo inicio cuestionados, a punto tal que un juzgado de Las Palmas anuló la adjudicación a Videoreport en abril del año pasado. Y este año amplió el contrato de forma unilateral, sin sacar a concurso, como denunció Miguel Guerra, miembro del consejo de administración del ente público.
Vértice 360 y VNews son la pata empresarial más importante de Videoreport, con dos tercios del accionariado, que se completa, entre otros, con la participación de periódicos locales afines a CC, dentro de un contrato que supera los 150 millones de euros .
En cuanto a los contenidos, la concesión a Videoreport de los informativos supuso un cambio en la forma de trabajar, con un equipo de editores que se encarga del barniz y enfoque político de todas las informaciones sensibles a los intereses de Coalición Canaria, tal y como denuncia Samuel Toledano , secretario del sindicato UPCC.
La televisión pública «ha estado funcionando, lamentablemente, bajo los intereses de CC», sentencia. Esto llega, incluso, al informativo para sordos , que debe «reflejar la actividad del Gobierno canario », según una respuesta por escrito de la Consejería de Economía y Hacienda, de la que depende.
Rivero siempre se ha sentido muy cómodo con García, que ha hecho del presidente canario el eje informativo de los «Telenoticias», cuyos contenidos no por parciales dejan de ser líderes de audiencia en las Islas , al sumar la misma cuota de pantalla que los de TVE y Antena 3 juntos.
Este es uno de los argumentos de defensa de García (que declinó la posibilidad de hablar con este periódico estos días), quien cree que su TV es «un modelo a seguir» y enseguida suele detallar que se encuentra a la cola en el ranking de la Forta en dotación presupuestaria, pero «a la cabeza si lo que valoramos es la rentabilidad en términos de audiencia».
Como respuesta a los ataques parlamentarios del PP, los dirigentes de CC suelen responder que les gustaría saber cuánto cuesta la permanencia en Canarias de TVE , un número que ronda, según ha podido saber este periódico, los ocho millones de euros, es decir, la cuarta parte del presupuesto de la TV autonómica.
Sucede que cuenta con la propiedad de todos los medios para producir programas y no necesita contratar nada fuera, todo lo contrario que la TV Canaria, que pese a haber costado al contribuyente desde su creación unos 600 millones de euros apenas si se ha capitalizado en activos.
Willy García, cuyo mandato fue prorrogado en una cuestionable sesión del consejo de administración, ante la ausencia de los consejeros no afines a CC, ha soportado cuatro huelgas durante su gestión, un récord si se lo compara con sus antecesores. Y es frecuente el comentario, en los pasillos, de la actualización de las listas negras de periodistas en sus programas de debate, según le caigan al poder que controla el ente.
Para retratar cabalmente la instrumentalización política de la TV Canaria, basta con señalar que Rubén Fontes es, además, secretario de Organización de CC en Gran Canaria. Sin embargo, García lo considera un dato irrelevante, tal y como señaló en octubre del año pasado en el Parlamento, ya que Fontes «no tiene contrato de alta dirección, sino uno de régimen general y no hay incompatibilidad alguna entre sus responsabilidades en Televisión Canaria y su actividad privada».
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