Los parques de ocio dejan 16 millones de euros al año en Aragón

Se calcula que los parques reciben más de un millón y medio de visitas anuales. Para promocionarlos, en el año 2005, en la Comunidad se constituyó la Asociación de Parques de Ocio de Aragón, que busca además incrementar su número de visitantes, aprovechando las estructuras de comercialización que cada uno de ellos tiene y agrupando la oferta de ocio en Aragón.

Estas instalaciones han sabido aprovechar e integrar los recursos de su entorno, convirtiéndolos en fuente de disfrute y entretenimiento. Es el caso del Monasterio de Piedra, en el que el agua y el paisaje se funden como atractivo principal junto al monasterio cisterciense que alberga el hotel; o el aprovechamiento de la paleontología turolense que hace Dinópolis, o la actividad minera convertida en atractivo turístico, en el caso del Museo de la Minería de Escucha, también en Teruel.

El «decano» de todos estos parques se encuentra en la provincia de Zaragoza y es el Monasterio de Piedra, que funciona como parque de ocio desde el año 1860. El Monasterio de Piedra y el Parque de Atracciones de Zaragoza son dos referentes, tanto por el tiempo que llevan funcionando como por la capacidad de captación de visitantes. El Monasterio de Piedra recibe cada año entre 350.000 y 450.000 turistas, según cómo se comporta la temporada; el Parque de Atracciones de la capital entre 400.000 y 450.000 visitantes por temporada.

Con los años también se ha consolidado Dinópolis, una apuesta del Gobierno aragonés para impulsar el sector turístico en Teruel, una provincia que necesita de iniciativas como esta para alejar el fantasma de la despoblación y revitalizar el territorio. Su riqueza paleontológica ha sido clave en la puesta en marcha de este parque, que tan buenos resultados está generando en los últimos años.

En Huesca, Lacuniacha es uno de los principales parques de ocio. En Piedrahita de Jaca, en el Valle de Tena, es posible admirar la vida en un bosque al natural. Un paseo de tres horas con un trazado en el que se puede admirar a la cabra montesa, el poderoso bisonte europeo, los caballos Pzewalski o linces.