SOCIEDAD
Llega una nueva avenida del Ebro con los campos inundados desde enero
Los pueblos ribereños exigen la limpieza del río para evitar este tipo de riadas
Llega una nueva avenida del Ebro con los campos inundados desde enero
Una nueva crecida del Ebro ha hecho saltar todas las alarmas en las localidades ribereñas, que ven como este año el río no les da un respiro. En enero se produjo la primera riada y desde entonces miles de hectáreas de cultivo siguen anegadas por ... el agua. Las cifras oficiales apuntan a que son más de 9.000 las hectáreas sumergidas en el Ebro. Ahora, el río vuelve a bajar crecido.
Ayer, en Castejón se activó la alerta roja por el aumento del caudal, que alcanzó los 1.750 metros cúbicos por segundo y una altura superior a los seis metros de altura. La punta de la crecida entrará hoy en Aragón. La localidad zaragozana de Novillas es la primera afectada por la riada.
Allí, algunos agricultores llevan desde enero sin poder entrar a sus campos, que están completamente anegados. Han perdido la cosecha de invierno, pero temen que si el caudal del Ebro no baja pronto tampoco puedan plantar. Así que será un año catastrófico para ellos. Las pérdidas serán multimillonarias. Según las primeras estimaciones de los sindicatos agrarios rondarán los 15 millones de euros.
De hecho, en los pueblos de la ribera hasta a los más veteranos les cuesta recordar una inundación tan desastrosa como la que están sufriendo en esta campaña agrícola. Ya no se trata de que se produzca una gran riada –como ha ocurrido en los últimos años–, sino que el aumento constantemente del caudal hace que la inundación dure ya cinco meses. Muchos aseguran que se trata de la riada más larga que ha sufrido la Comunidad en las últimas décadas.
En esta ocasión, se espera que el Ebro alcance los 1.500 metros cúbicos por segundo a su paso por la provincia. A la capital aragonesa, la punta de la crecida llegará el martes.
En Zaragoza, los daños que han causado las últimas riadas también han sido cuantiosos. La imagen que presenta el Ebro dista mucho de la años atrás. El caudal y la altura han provocado que varios los caminos de la ribera del río queden bajo el agua. También se han producido numerosas filtraciones en los garajes cercanos al río.
De momento, la Confederación Hidrográfica del Ebro no ha activado la alerta en la Comunidad aragonesa. Se espera una riada de carácter ordinario. Sin embargo, el aumento de la altura del río, debido a la suciedad que acumula en el cauce, provoca que se derborde con mayor facilidad.
Por eso, los afectados por las riadas siguen exigiendo su limpieza para poner fin a una situación que se repite con demasiada frecuencia y acaba causando pérsidas millonarias. De hecho, en la última década el Ebro se ha llevado por delante más de 150 millones de euros.
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