Los embalses del trasvase del Tajo guardan casi el triple de agua que los alicantinos

Según reflejaban ayer las últimas estadísticas recogidas por el Ministerio de Medio Ambiente , Entrepeñas y Buendía disponen juntos de 393 hectómetros cúbicos de agua, frente a los 140 que suman La Pedrera y el embalse de Crevillente, ambos adscritos a la cuenca del Segura, junto con otros situados en Murcia.

Si se compara la situación entre ambas provincias, la cedente Guadalajara y la receptora Alicante, la diferencia todavía se ensancha algo, ya que la provincia castellana tiene 569 hectómetros frente a 147 de la levantina , donde los otros pantanos, de la demarcación del Júcar, todavía se encuentran peor, bajo mínimos, y solo aportan siete hectómetros en global, con unos registros paupérrimos: Amadorio, 1 hectómetro, Guadalest (2), y Beniarrés (4).

De hecho, únicamente en Almería y Murcia quedan reservas cuantitativamente menores embalsadas en el sur peninsular, aparte de unas pocas provincias del centro y el norte de España donde los recursos hídricos no representan ningún problema, como Castellón, Teruel, Segovia, Valladolid, Burgos y Guipúzcoa.

Idéntica situación se registra en el ámbito autonómico, donde únicamente Murcia padece una escasez más acusada de recursos hídricos que la Comunidad Valenciana , a excepción de regiones sin agua embalsada porque no la necesitan, como el País Vasco, Navarra, La Rioja, Cantabria o Asturias. En porcentaje, el Levante está al 32,58% de su capacidad , el más bajo de España también después de Murcia, y a la par que Castilla-La Mancha, si bien allí caben más del doble de hectómetros cúbicos que en la Comunidad Valenciana, exactamente 5.755 frente a 2.446. Estos datos explican también quién tiene y no tiene agua en circunstancias normales, no ya con una sequía de récord como la actual.

Con estos niveles de resumen, algunos maniobran para elevar la reserva mínima que, en la práctica, convierta el trasvase en papel mojado porque resultará inviable, ya que nunca acumularán esos caudales en los pantanos de la cabecera del Tajo.

Es el caso de la Plataforma Ciudadana «¡No al Trasvase!» , constituida para defender los pantanos de Entrepeñas y Buendía, que exige que se imponga un mínimo no trasvasable de «al menos» 1.500 hectómetros cúbicos, es decir, casi cuatro veces más que el acordado en el Memorando del Tajo-Segura para 2018, que está fijado en 400. Y no son los únicos, ya que los denominados Municipios Ribereños, cercanos a estos pantanos, consideran que ese volumen irrenunciable para impedir trasvases al Segura debe establecerse en 1.000 hectómetros.

Es más, los niveles preocupantes de los embalses alicantinos no merecen ninguna credibilidad para la citada plataforma, que ayer pidió afrontar esta problemática no como «un problema de sequía ahora sino de mala gestión del agua».