El Hércules vuelve a la senda de la victoria ante un inocente Lleida (2-0)

El equipo de Pacheta comenzó con dudas debido a la dinámica negativa de la que llegaba. El inicio hizo revivir las malas sensaciones de los últimos partidos disputados en el feudo herculano, pero la vistosidad nada productiva del conjunto catalán concedió a los hombres de Pacheta una oportunidad imperdonable y les hizo ver al fin la luz al final del túnel.

Una luz que Chechu y Casares se encargaron de encender. El extremo botó una falta de manera magistral y el 10, que venía de dos actuaciones bastante pobres, se reconcilió con su afición rematando con el interior de su bota derecha a la escuadra defendida por Jorge Gómez. Casares hizo realidad la pizarra de su técnico en una jugada de laboratorio, el goleador llegó desde atrás y despistó a toda la zaga visitante que solo pudieron mirar como el balón besaba la red de su portería.

Antes del tanto herculano, la oscuridad volvía a acechar el Rico Pérez. El conjunto catalán llevaba la iniciativa y estaba sometiendo al Hércules ante de encajar el gol, y siguió haciéndolo tras ello. El conjunto blanquiazul no fue capaz de domar a su rival, que para su suerte no fue ninguna fiera temible, sino más bien, un león con dientes y garras de terciopelo, majestuoso y valiente, pero nada peligroso para su presa, que se convirtió en cazador.

Pero en este caso, el cazador tampoco era un prodigio en su arte, y dejó con vida a un rival que le perdonó la vida en unas cuantas ocasiones. Miramón fue un martirio para la zaga herculana, que solo el joven mariscal Alex Muñoz, pletórico de confianza los 90 minutos, pudo detener. El mediapunta visitante creaba chispas con su juego eléctrico y veloz, pero la inocencia de sus compañeros fue un estorbo en su intento de crear llamas.

Llegó el descanso, y el cansancio comenzó a frenar el talento de Miramón, pero el caminar del Hércules seguía siendo inseguro y nada firme, si bien fue uno de sus jugadores más dubitativos quien cerró el partido. La constante apatía de Juanma Acevedo le valió unos tímidos silbidos en el inicio del choque, pero el canterano se rehízo al fin con un tanto que devolvió gran parte de la confianza a él, a sus compañeros y a la afición. El extremo empujó a la red un pase de Fernando, cuya enorme voluntad eclipsó su desacierto. El ex del Cartagena asistió a su compañero para que este pusiera el 2-0 y para que el Rico Pérez pudiera respirar en calma tras varias semanas bastante intranquilizadoras.

Tras el gol de Acevedo, hubo tiempo para que Sugi se volviera a sentir futbolista y para que el conjunto de Pacheta se reconciliara con la confianza que tanto necesitaba, pero la fiesta terminó ahí. El Hércules, al igual que el héroe mitológico que le da nombre, venció al león y completó la primera de sus misiones en su travesía por volver al fútbol profesional, al igual que el hijo de Zeus hizo para regresar al Olimpo.

Hércules: Chema, Rafita, Atienza, Alex Muñoz, Peña, Lázaro (Pardo 90’), Fran González, Casares, Chechu (Sugi 69), Juanma Acevedo, Fernando (Yabala 88’)

Lleida: Jorge Gómez, Barreda (Dídac 83’), Ekhi, Bosch (Molo 88’), Fuster, Pero Baquero, Albistegui, Pedro Baquero, Miramón, Osado, Chamorro (Chupe 69’)

Goles: 1-0 Casares, al rematar a la escuadra con la derecha una falta lanzada por Chechu en el 24’, 2-0 Juanma Acevedo, a placer tras recibir un pase desde línea de fondo de Fernando en el 61’

Árbitro: Juan Antonio Campos Salinas (Colegio Murciano), amonestó con amarilla a Fran González (21’), Peña (41’), Chema (74’), Juanma Acevedo (79’) y Pardo (90’) por parte del Hércules; y a Jorge Gómez (32’), Fuster (69’), Ekhi (72’) y Osado (75’) por parte del Lleida