Sochi 2014: España y los Juegos de los «casi» podios

No obstante las caídas y los «casi», España ha dado un paso hacia delante con respecto a Vancouver 2010. En aquella cita fue la rider Queralt Castellet la que más cerca se quedó en la clasificación de cualquier disciplina. Fue decimosegunda porque una caída en un entrenamiento le impidió disputar la final. En esta ocasión, Sochi ha supuesto una mochila para la delegación española con dos diplomas olímpicos (Javier Fernández y Lucas Eguibar) y la sensación de que cada día se está un poco más cerca de otras potencias con más cultura, más infraestructuras, más dinero y más apoyo social

No es el caso de España, y un buen ejemplo de ello es el primer mensaje de Victoria Padial en su regreso a casa: «Recién llegada de Sochi doy las gracias a Guillermo por la última aportación a @patrocínalos y a todos por ayudar». La biatleta abrió una cuenta en la que los aficionados, amigos y colaboradores anónimos pudieran aportar su granito de arena para su carrera. Una en la que se abrió camino a empujones y a base de kilómetros en una furgoneta con su entrenador, pero que encuentró en Sochi una recompensa en forma de clasificación histórica en la prueba de persecución. Ninguna mujer ni ningún hombre español lo habían conseguido antes y su plaza número 52 ya es un listón enorme que espera superar con la ayuda de todos.

También altísimo lo ha puesto el patinaje, con sus cuatro protagonistas de excepción. Un Javier Fernández decepcionado por cómo fue su actuación y por cómo un error en el triple que tenía que ser un cuádruple le bajó el podio y lo dejó con una amarga cuarta plaza. Pero ahí sigue, entre los mejores del mundo en un deporte que había sido un páramo para los españoles. El debutante Javier Raya también demostró que es una buena generación la que buscará con ahínco la medalla en Río 2016. Porque Sara Hurtado y Adrià Díaz también estuvieron muy arriba en el ranking en danza.

Faltan infraestructuras, comentan los afectados: «En España hay nueve pistas de hielo y hay que compaginar el hockey, las clases de iniciación o las de adultos, los días que se abre al público... es muy difícil encontrar tiempo para crear grandes figuras», se quejaba Fernández, el primero que emigró y que ha encontrado su lugar en Canadá. También Raya, Hurtado y Díaz crecen lejos de sus casas. Como Queralt Castellet, que con 18 años dejó su refugio en Sabadell porque sabía que no se haría grande en el mundo del snowboard si no emigraba a Nueva Zelanda, donde pasa la mayor parte de la temporada. O Carolina Ruiz: «Yo no podía pedir que hiciera una pista de slalom porque es inviable crearla para solo una persona. Con el tiempo estaremos más y se podrá mantener, pero por el momento...».

España es el segundo país más montañoso de Europa después de Francia, pero no se ha creado una estructura dedicada a los deportes de invierno como sí la tienen Italia, Suiza o Austria. No osbtante, como indica Ander Mirambell, no solo es una falta de infraestructuras, porque «Gran Bretaña no tiene circuitos de skeleton y han logrado tres medallas, dos de ellas de oro». «Falta imaginación, recursos y herramientas, pero se puede cambiar. Gran Bretaña no tiene una tradición de deportes de invierno y lo están haciendo muy bien. Tenemos que ver que se puede», se muestra optimista a pesar de no haber mejorado su resultado de Vancouver 2010. Como Ferrán Terra y Paul de la Cuesta que tomar parte en el gigante masculino. Tampoco ellos aspiran a subir al podio, pero sí a dar pasos de gigante donde otros puedan poner las huellas. Para toda la delegación española ya han empezado los Juegos Olímpicos de Pyeongchang 2018.