El olvidado héroe español al que honra en secreto la mejor unidad del ejército de los EEUU
Baldomero López, marine hispano-americano de padre asturiano, fue un teniente condecorado en la Guerra de Corea que la Asociación Histórico-cultural ARHEM se ha propuesto rescatar
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Iniciar sesiónLa carta que escribió Baldomero López, de pasaporte estadounidense, pero corazón rojigualdo, a su padre asturiano antes de desembarcar en Corea fue premonitoria. En ella le pedía que fuese fuerte si le confirmaban que había caído en combate. Fue la última vez que rubricó ... su firma. Apenas una jornada después, este norteamericano de origen hispano se dejó la vida cuando se arrojó sobre una granada para proteger a sus compañeros de pelotón. Así se convirtió en un Marine con mayúsculas; un héroe que se hizo acreedor de la Medalla de Honor del Congreso y que, todavía hoy, es recordado y honrado por el Ejército de los Estados Unidos.
Su vida, como la de tantos otros héroes con acento español, se ha olvidado. Así lo confirma a ABC Alejandro Casal, de la Asociación Histórico-Cultural ARHEM. Aunque también insiste en que grupos como el suyo se esfuerzan día a día en que salgan a la luz. Y no es un farol, ni propaganda barata. Hace tres años, el presidente de ARHEM, Vicente Suárez, se propuso investigar sobre la figura del bueno de Baldomero. El resultado ha sido la inauguración de una exposición en su honor en San Román (Candamo) y la celebración de un homenaje en honor del militar al que acudieron, a principios de septiembre, miembros del Cuerpo de Marines de los EEUU y una delegación del ministerio de Defensa.
De guerra a guerra
Al calor de un agosto de Florida nació nuestro Baldomero López en 1925. Su padre, llamado también Baldomero, había emigrado a los Estados Unidos en sus años de juventud desde Asturias y le había inculcado el amor por la tierra que había quedado al otro lado del Atlántico. La milicia llamó a su puerta al poco, en plena Segunda Guerra Mundial. El chico, amante del deporte en la escuela, vivía todavía ese 'boom' militar provocado por la infamia de Pearl Harbor. Sin embargo, y según admitió su hermano, le dijeron que estaba demasiado «flacucho» para el ejército. «No se rindió y trabajó en casa hasta estar preparado», confirmó aquel familiar.
Al final, Baldomero se alistó el 8 de julio de 1943, cuando Estados Unidos había iniciado ya la Operación Bolero y el consiguiente envío de recursos hasta Gran Bretaña para orquestar el futuro Desembarco de Normandía. Las crónicas le definen como brillante y tímido. Glenn Barrington, uno de sus antiguos compañeros de clase, confirmó al 'St. Petersburg Times' que era «popular, inteligente y tenía la reputación de ser buen tipo». Siempre le recordó como un chico agradable con un sentido del humor incisivo que salía a relucir en los momentos más oportunos. También era trabajador, como así lo demuestra el que fuera seleccionado para una formación militar acelerada como oficial.
Aunque vivió poca Segunda Guerra Mundial. «Se graduó en 1947 y, después, hizo el curso de ocho meses para oficiales del US Marine Corps, donde se graduó en 1948 como 2º teniente», afirma Ocón en declaraciones a ABC. Después pasó a Shanghái un año, tras lo cual llegó a Camp Pendleton. Allí le atropelló el inicio de un conflicto que se cocía a fuego lento desde la separación de Corea en un régimen respaldado por la URSS (al norte) y uno defendido por los EEUU (al sur). En junio de 1950, las fuerzas comunistas invadieron la Corea capitalista e hicieron retroceder a sus contingentes hasta el sur de la península. La respuesta de los norteamericanos fue tajante: reunir un ejército combinado de la ONU e iniciar la reconquista desde Incheon tras un desembarco anfibio.
«López se ofreció voluntario para acudir al conflicto y pasó a formar parte de la Compañía A del 5º Regimiento de los Marines», añade Ocón. Su primera y última actuación en el conflicto se sucedió en el mencionado desembarco de Incheon. Era el 14 de septiembre y acababa de escribir una carta a su padre pidiéndole puros cuando se preparó para salir de su barcaza el primero, como jefe de pelotón que era. «Cuando os preocupéis por mí, recordad que nadie me ha obligado a aceptar este destino», se podía leer en la misiva. 'Baldy', como le apodaban, formaba parte de la segunda oleada, pero eso no le libró del peligro. Al minuto, se topó con un malecón defendido por varios búnkers que debía superar. «¡Seguidme!», gritó a sus hombres.
Y ocurrió la desgracia, como quedó recogido en la citación de la Medalla de Honor del Congreso que se le entregó a título póstumo:
«Exponiéndose al fuego hostil, avanzó junto a un búnker y se preparó para arrojar una granada de mano […]. Impactado en el hombro derecho y el pecho mientras levantaba el brazo para lanzarla, cayó hacia atrás y dejó caer el explosivo. […] En estado crítico por el dolor y la pérdida de sangre, e incapaz de agarrar la granada de mano con la suficiente firmeza para lanzarla, prefirió sacrificarse antes que poner en peligro la vida de sus hombres y, con un movimiento de su brazo derecho herido, puso la granada debajo de él y absorbió todo el impacto de la misma».
-Aunque no naciera en España… ¿podemos decir que tiene parte rojigualda?
Sin duda, sangre española y asturiana corría por las venas de López. Su padre, de origen asturiano, nació en San Tirso de Candamo, un pequeño pueblo del centro de Asturias que emigró primero a cuba y luego a Florida a comienzos del siglo XX.
-¿Cuál fue su breve participación en la Segunda Guerra Mundial?
Se alistó en la armada en 1943, y en 1944 lo enviaron a la academia naval, donde se graduó en 1947. Prácticamente paso la guerra preparándose para ser oficial de la armada.
-Un poco de contexto… ¿Qué significó la Guerra de Corea para los Estados Unidos?
Supuso un freno al comunismo tras la Segunda Guerra Mundial. A partir de 1945, la expansión soviética de Europa del este se amplió al resto de continentes y territorios como Cuba, Corea, Indochina, etc. La URSS quiso extender su influencia en Europa (Italia y Grecia), en África (Egipto y los países árabes) y Corea. Tras la intervención de China el frente se estabilizó y se marcó la actual frontera. Aunque los comunistas siguieron su expansión asiática en Indochina e intentaron sin éxito controlar más países del Sudeste asiático.
-¿Cómo fue su muerte y por qué fue tan destacable como para ser condecorado?
Su muerte tuvo lugar en el asalto anfibio a Inchon el 15 de septiembre de 1950. Fue sobre las 18:00 h., en el sector 'playa roja', cuando se disponía a neutralizar un bunker de ametralladora con una granada de mano. Al levantar el brazo para lanzarla recibió dos impactos de bala en el pecho y otro en el brazo derecho. Los golpes le hicieron caer hacia atrás entre sus hombres con la granada activada. Al ser incapaz de lanzarla de nuevo debido a las heridas, la ocultó bajo su cuerpo para evitar que la explosión los alcanzara. Así murió el 1st Lt. Baldomero López a la edad de 25 años. Por este acto le condecoraron póstumamente con la Medalla de Honor en 1951.
-¿Qué implicación tuvo vuestra asociación histórica en el evento de este septiembre?
La asociación ARHEM, desde el 2019, había planificado esta exposición. La idea era realizarla en 2020, pero la pandemia retrasó todo. Hubiera sido bonito porque era el 70 aniversario del fallecimiento de López, una fecha redonda para homenajearle. En todo caso hemos trabajo mucho. Su presidente ha investigado sobre la vida personal y familiar de este marine. Hasta el punto de que hemos obtenido documentos, fotos y contactos gracias a la colaboración de sus parientes en Estados Unidos y Asturias.
La exposición ha supuesto una gran labor de recopilación documental sobre la emigración asturiana a Estados Unidos, la Guerra de Corea y la intervención de López en el desembarco de Inchon. La implicación ha sido total en cuanto a la investigación, permisos, instalación, proveedores, gestión, explicaciones al público… Los socios han respondido acudiendo todos los días para la vigilancia de las instalaciones y ofrecer las explicaciones e información a los visitantes que se acercaban a la sala.
«En la Academia militar de oficiales de Quántico (Virginia) entregan un premio al mejor oficial de cada compañía; y este premio se llama Baldomero López»
-Existe un premio en su honor en el Ejército de los Estados Unidos…
A partir de su muerte, en la Academia militar de oficiales de Quántico (Virginia) entregan un premio al mejor oficial de cada compañía; y este premio se llama Baldomero López.
-¿Por qué su historia ha pasado tan desapercibida en España?
Le pasa igual que a otras muchas historias de emigrantes en América. Pero gracias a Asociaciones como ARHEM y Sancho de Beurko, en Euskadi, que investigan para sacar a la luz estos héroes anónimos de la Segunda Guerra Mundial y otros conflictos internacionales, la sociedad de este país sabe de ellos y puedan recordarlos con más frecuencia. He de añadir que desde siempre se ha rechazado este tipo de historias. Todo lo que tenga relación con lo militar o la historia militar se ha mirado con recelo desde las instituciones políticas. Hay un miedo, temor, y rechazo a toda la historia militar, ya sea española o extranjera. ¿Cómo es posible que héroes como Blas de Lezo, Astray, o cualquiera de nuestros conquistadores o héroes de la reconquista no tengan una serie o una película digna que realce sus hazañas o su figura? Las pocas que se hacen sobre este tema siempre ponen a los españoles como canallas y asesinos.
-¿Ayudan los grupos de recreación como el vuestro a recordar a estos héroes?
Desde la fundación de ARHEM como asociación en el año 2008, una de las premisas que nos ha guiado ha sido la divulgación de la historia. Aunque también el conocimiento de las personas que han participado en los conflictos armados del siglo XX, fuese cual fuese su bando. Periódicamente se realizan charlas en institutos y colegios explicando las campañas, los equipos y cómo era la vida de los jóvenes que participaron en ellos. Actualmente se están estudiando varias figuras asturianas que participaron en la Segunda Guerra Mundial, en el ejército americano, británico, soviético y en la División Azul
-¿Son grupos como el vuestro necesarios para que no se olvide la historia?
Los grupos de recreación acercan al público la historia enfocándola de otra forma, mostrando cómo eran los vehículos, los equipos, la comida, la sanidad, la formación de los hombres y mujeres.... Es una forma más dinámica que el público puede tocar. Con nosotros pueden ver 'in situ' cómo era, por ejemplo, una radio de la Segunda Guerra Mundial; o ver cómo eran las raciones de comida de esa época. Es diferente a los libros.
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