Así comenzó la pesadilla de las discográficas
Así comenzó la pesadilla de las discográficas
Hotline Connect –y no Napster, como todo el mundo piensa– soltó la liebre en 1996. Aquella novedosa aplicación inventada por un joven programador australiano de 17 años, Adam Hinkley , fue el inicio de las redes de intercambio de archivos P2P (« ... Peer to Peer») , que hoy traen de cabeza a las industrias discográfica y cinematográfica de todo el planeta. Baste recordar algunos datos: entre 2000 y 2005, la venta de discos en España descendió un 32%; sólo en 2007, se produjo un caída record del 23% y pérdidas de 83 millones de euros, y con el 2008, sumamos ya siete años consecutivos de descenso en el numero de discos vendidos... y no parece que el descalabro vaya a parar.
La «guerra» está abierta: internautas, defensores de la cultura libre, contra defensores de la propiedad intelectual, tanto autores como sociedades explotadoras. En España, la batalla vive sus peores momentos desde que Zapatero presentara el anteproyecto de ley de Economía Sostenible, donde se incluía una pequeña disposición que establecía que fuera un órgano administrativo (y no judicial) el que cerrara directamente las webs con enlaces de descarga P2P, que incluían archivos protegidos por derechos de autor.
Sin embargo, Hotline Connect no atrajo la atención de los medios y quedó rápidamente obsoleta, sobre todo porque cada usuario dependía de un único servidor en la descarga y, además, porque fue desarrollado fundamentalmente para un sistema operativo minoritario como Macintosh.
Esto cambió con la aparición de Napter , en 1999, que nació como la primera aplicación de este tipo para PC. La diferencia con Hotline Connect era que, aunque la transferencia de los archivos también se hacía directamente entre dos equipos, Napster utilizaba servidores centrales para almacenar la lista de equipos y los archivos que proporcionaba cada uno.
«Se trata de una especie de cooperativa – describía Blanco y Negro, en mayo de 2000 – donde cada uno de los cinco millones de participantes señala un directorio en su disco duro donde ha puesto las canciones que ofrece. Cada vez que alguien realiza una búsqueda, el sistema mira en todos los directorios ofrecidos y se lo comunica al solicitante. Éste ya sólo tiene que descargar vía directa de otro miembro de la comunidad y escucharlo en su ordenador o en su “mp3 Player”»
Muchas discográficas y músicos conocidos –como el batería de Metallica, Lars Ulrich – se alarmaron ante la presumible pérdida de millones que les esperaba y denunciaron a Napster. La demanda de Ulrich, quien sugería que la solución era «ir contra los individuos que se descargaran música», no surgió efecto, pues, lejos de asustar a los usuarios, dio publicidad al servicio, que en febrero de 2001 llegó a los 13,6 millones de miembros en todo el mund o .
Cinco meses después el juez cerró Napster, que se convirtió en un servicio de pago y fue inmediatamente olvidado por los internautas. Pero el daño a la industria ya estaba hecho y el caballo desbocado. «Aunque ganemos contra Napster, surgirán otras formas de cooperativa», dijo Ulrich… y acertó.
«La batalla legal no es suficiente»
La heredera de Napster, Audiogalaxy , otra de las aplicaciones centralizadas de intercambio de música que llegó a tener bastante éxito, fue cerrada en 2002 el juez. «La batalla legal ya no es suficiente –aseguraba sin embargo ABC ese mismo año–. A pesar del éxito en los tribunales (cierre de Napster y Audiogalaxy), el número de personas que intercambian música ilegal en Internet no para de crecer».
Y así era, porque, aunque acabar con las redes centralizadas era relativamente sencillo –bastaba con cerrar el servidor que almacena las listas de usuarios y archivos compartidos–, surgieron redes descentralizadas que no dependían de un servidor central y no tenían, por lo tanto, constancia de los archivos intercambiados. Las compañías discográficas comenzaban entonces una «guerra sucia» contra estos «nuevos programas difíciles de perseguir». Mucho dinero andaba en juego y la cifra de usuarios de este tipo de programas no paraba de crecer, superando «holgadamente los cien millones de personas» en 2002 .
Kazaa , Morpheus , Grokster , WinMX , IRC , Opennap o Gnutella eran algunos de los muchos programas basados en la tecnología P2P. La Asociación de la Industria Discográfica de Estados Unidos (RIAA) intentó también acabar con estos servicios descentralizados, pero Grokster y Morpheus ganaron sus juicios en abril de 2003. Aquello ya no tenía freno.
No existe un acuerdo entre los legisladores. Mientras en Estados Unidos, francia e Inglaterra se han establecido sanciones que incluyen multas, cortar el suministro tras el tercer aviso y juicios penales, en la Unión Europea no existe una política común y ha delegado la regulación a cada Estado.
En España la cuestión está más rezagada, pues, hasta que no se apruebe el proyecto de Ley de Economía Sostenible , no existe una legislación al respecto. Según un reciente estudio de la revista Muy Computer, el 87% de los encuestados consideró no estar cometiendo un acto ilegal al usar las redes P2P, un porcentaje que explica que se produzcan en la actualidad millones de descargas al día en todo el mundo.
Y llegó eDonkey , y después eMule , y Kademlia o Webcaché … «¡Es la guerra! La de la música en la Red, la de la “industria” contra la “piratería”, la que conducirá a la reordenación de uno de los negocios más oligopólicos del planeta. Tras cien años de historia, es el final de la discográfica tal y como la conocíamos. Y está bien», podía leerse en Blanco y Negro en 2000. Algo a lo que tendrá que enfrentarse la actual ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, también conocida en la Red como «Sin-descargas» .
Noticias relacionadas
- Con la música a otra parte (28-5-2000)
- Las compañías discográficas pierden la batalla por el mercado de la música «on-line» (1-5-2002)
- Internet contra Sindescargas (29-4-2009)
- Las discográficas recurren a la «guerra sucia» en su lucha contra la música ilegal en Internet (17-7-2002)
- El juez federal de los Ángeles «no está listo» para ilegalizar las redes P2P (4-12-2002)
Ver comentarios