"In Nomine Dei": Diez sitios donde comer junto a la gran muestra cofrade

Como es posible que el tiempo se dilate durante la visita contemplando algunos de los enseres que alberga (250 piezas de las 70 hermandades de penitencia), GURMÉ propone diez paradas gastronómicas situadas a muy pocos metros de la sede que acoge la muestra, en la céntrica Plaza San Francisco.

Hay desde la barra de toda la vida (reconvertida ahora por las actuales restricciones) hasta el sofisticado restaurante con menú degustación, una completa elección pensada para satisfacer todo tipo de gustos y circunstancias.

Maridaje es una bodeguita de la calle Chicarreros que abrió el pasado verano y ofrece buenos productos, además de desayunos y recetas más elaboradas. Montaditos, ibéricos de Cumbres Mayores, salazones y quesos conviven con otras propuestas de más enjundia.

Hay recetas de cuchareo como garbanzos con cola de toro, fabes con pulpo, fabada o carrillada. También son frecuentes platos como fabes con jabalí, judías con perdiz, pote asturiano, callos manchegos, espinacas con garbanzos, codillo o garbanzos con langostinos.

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Es un clásico entre los clásicos si lo que se busca es tomar una cerveza o un vino acompañado de una buena chacina o un montadito con clase. Entre los imprescindibles, sus emparedados de ibéricos, chicharrón de Cádiz o uno de sus míticos: el de queso y chorizo picante. Eso sí, debido a las reducidas dimensiones del espacio y las restricciones de aforo, más vale llegar con tiempo para hacerse un hueco.

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Este emblema del buen tapeo sevillano no podía faltar en este recorrido. No tiene cocina. Solo latas y papelones, pero no precisa más.  Sus montaditos y emparedados hacen las delicias de todo el que lo visita, destacando opciones como el de anchoas y leche condensada o lomos con manzana. También se trabajan las chacinas y otros productos de la zona y del norte.

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Enfilando la calle Francos encontramos un patio sevillano con mucho sabor. Cocina mediterránea preparada con estilo y personalidad, como un paté de perdiz casero con manzana ácida, una crema de guisantes con tosta de semillas o huevo en tempura con parmentier trufada y quinoa. Entre los principales, propuestas como su risotto con queso de Idiazábal ahumado y setas, un tartar de atún rojo con rocas de wasabi o un ribeye de vaca seleccionada con patatas torneadas.

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Es un espacio reciente y su terraza abierta en la plaza de San Francisco le convierte en una de las opciones más cercanas para quienes dispongan de poco tiempo o no quieran andar demasiado. En su carta encontramos entrantes que van desde chacinas a conservas, foie de perdiz, anchoas sobre hojaldre o biscuit de foie sobre mermelada de manzana y hojaldre.

Entre sus principales destacan solomillo ibérico mechado, pata de pulpo o alcachofas marineras, además de otras tapas típicas de la gastronomía sevillana. El pescado y los guisos van variando según los productos del día.

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Foto: Tomás Muruaga

Si se dispone de tiempo Chicarreros puede ser una buena opción, un restaurante reciente que trae una cocina sofisticada en un ambiente de corte isabelino. Ostras, ensaladilla de langostino tigre o ceviche de corvina son algunas de las propuestas que tienen para empezar. Hay pescados (lomo de atún, calamar de potera y merluza de pincho, entre otros) y carnes (cochinillo, magret de pato o solomillo de vaca vieja madurada) para continuar con un principal. Destaca su coctelería de autor con la que maridar su carta.

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Este establecimiento del Grupo La Raza se ha mudado recientemente junto a la Plaza de El Salvador, donde ha trasladado su cocina canalla con propuestas frescas y desenfadadas. Permanecen clásicos como sus tortillitas de bacalao y ortiguillas; costillas de cerdo deshuesadas con su mítica salsa Jack Daniel ?s; o el postre “Construyendo una cookie”, que se mantienen en esta nueva etapa.

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Si lo que se quiere es disfrutar de cocina diferente Señora Pan puede ser la mejor opción, un joven espacio que ofrece gastronomía venezolana con toques de fusión. Aunque la base es netamente venezolana, como muchos de sus platos, también hay propuestas fusionadas como unas papas bravas de jalapeños, alioli de pimientos asados y tomate seco. Todo es casero y se presenta en tapas o en medias raciones.

Hay recetas típicas sevillanas como croquetas de jamón o ensaladilla de gallina y otras venezolanas como mini arepitas con pulled pork o ceviche de salmón y aguacate con perfume de maracuyá.

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Si lo que se busca es cercanía nada mejor que este establecimiento del Grupo Robles, especializado en ofrecer la cocina habitual de esta firma en formato de tapas. Montaditos, ensaladilla, papas aliñás o chacinas conviven con otras recetas más internacionales como pastela de ave con frutos secos, miel y sésamo negro, pizzetas de jamón y queso o wok de fideos chinos con langostinos.

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De reciente apertura, este espacio resume la esencia de la cocina sevillana pero siempre con un punto de vista diferente. En formato de tapas y de platos, ofrecen clásicos como una ensaladilla con tomate seco de Sicilia y anchoas, salmorejo de remolacha con bonito o papas bravas con salsa kimuchi, todas recetas típicas de aquí pero reinterpretadas. Tiene menú del día y recetas tradicionales como espinacas con garbanzos, croquetas de jamón o tortilla de bacalao.

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